Carles Mundó, el conseller sin aristas
Marta Rovira, la princesa vigatana
Manuela Carmena, el Tutankamón de la Transición
Ignacio González, el Madrid corrupto
Eulàlia Reguant, la monja soldado
Paco Marhuenda, el encargado valiente
Vicent Sanchis, el héroe discreto
Félix de Azúa, desprecia cuanto ignora
Lluís Llach, el trauma de Ítaca
Irene Rigau, la permanencia del pasado
Joan Ignasi Elena, el hindú
Íñigo de la Serna, el ministro guaperas
Alícia Sánchez-Camacho, que me quiten lo bailao
Joan Coscubiela, la casta indignada
Jaume Collboni, el superviviente
Méndez de Vigo: puño de hierro, guante de seda
Enric Millo, el segador roto
Gerardo Pisarello, Franco no es Videla
Liah Greenfeld: "Oponer el nacionalismo a la democracia es un grave error"
García-Margallo, la carcundia española
Un republicano joven y con larga experiencia en la conselleria más gris
Alberto Núñez Feijóo, el PP decolorado
Miguel Ángel Gimeno, la alianza progre
Ana Pastor, la tía del PP
Marta Pascal, una Colau de orden
Joan-Francés Laffont: "Tolosa necesita un AVE hacia Barcelona, no hacia París"
Jaume Asens, Robin Hood en el ayuntamiento
Felipe González, casi todo atado y bien atado
Aznar, el estadista frustrado
Ximo Puig, una segunda juventud
Patxi López, el bonachón del unionismo
Mireia Boya, la ilusión occitana
Jessica Albiach, la cara amable de Podemos
Mario Conde, el primer indignado
Cristóbal Montoro, el carcelero jorobado
Arrimadas: "Me dedicaré a la política mientras sea feliz"
Albiol: "Yo estoy en política para jugar de delantero"
Normalizar las relaciones con menores. El perfil de un pederasta