En España se consumen unos 14 millones de yogures al día. Seis de cada diez neveras los tienen siempre y, solo en 2024, su compra volvió a crecer. Con ese peso en la cesta, elegir bien importa. Y no solo hablamos del precio (que también cuenta), sino de las propiedades nutricionales de cada yogur que consumimos. Las diferencias son notables. Aunque en la nevera todos parezcan lo mismo, hay un mundo entre unos y otros. La base es siempre la misma: leche fermentada por bacterias lácticas, que transforman la lactosa en ácido láctico y dan esa textura cremosa y ese punto ligeramente ácido. A partir de ahí, todo cambia.
De todo tipo
Por un lado, están los yogures naturales, los más sencillos y, por lo general, los más interesantes: solo leche y fermentos. Luego vienen los azucarados o de sabores, a los que se añade azúcar, frutas procesadas, colorantes o aromas. También hay yogures con proteínas añadidas, pensados para deportistas o para quien busca un extra de saciedad, y los 0 % materia grasa o “sin azúcar añadido”, que no siempre son lo que parecen: a veces compensan la falta de grasa con almidones o edulcorantes. En los últimos años, se han sumado los fermentados vegetales (soja, avena, coco): pueden ser alternativa para intolerancias o para veganos, pero su perfil nutricional varía muchísimo según la marca. Ni estos, con apariencia tan saludable, están libres de pecado. Con tanta oferta, elegir la opción más saludable no siempre es sencillo. Lo primero que conviene recordar: algunos alimentan y otros se parecen más a un postre.
Ante semejante despliegue de opciones y la dificultad para elegir, el truco de la influencer de la salud nos salva la vida. Sobre todo gracias a la famosa regla 3/4/3 que Boticaria García ha popularizado
Los que sí deberían estar en tu nevera
Ante semejante despliegue de opciones y la dificultad para elegir, el truco de la influencer de la salud nos salva la vida. Sobre todo gracias a la famosa regla 3/4/3 que Boticaria García ha popularizado. Un truco rápido para escoger sin leerse toda la etiqueta, algo que a todos nos resulta demasiado tedioso cuando estamos en el súper con prisas.
La regla 3/4/3 lo simplifica y basta con fijarse en tres líneas de esta etiqueta.
- 3 % de grasas
- 4 % de azúcares (los propios de la leche)
- 3 % de proteínas
Esto suele corresponder a yogures naturales, sin azúcar, sin fruta y sin adornos. Si ese sabor te parece soso, prueba a añadir tú una cucharadita de azúcar, un poco de mermelada, fruta fresca o frutos secos
Así de simple. Esto suele corresponder a yogures naturales, sin azúcar, sin fruta y sin adornos. Si ese sabor te parece soso, prueba a añadir tú una cucharadita de azúcar, un poco de mermelada, fruta fresca o frutos secos. Siempre será menos azúcar que el que añade la industria y ganarás control sobre lo que comes.
