Metges de Catalunya ha denunciado este miércoles una situación de "inequidad" en la distribución de los equipamientos sanitarios entre las diferentes regiones de Catalunya. Así lo han explicado en rueda de prensa el vicepresidente del sindicato y coordinador del informe, Josep Maria Serra, y el secretario general, Xavier Lleonart, durante la presentación del 'Informe sobre los equipamientos sanitarios de Catalunya y su distribución territorial'. El documento, basado en datos oficiales y públicos procedentes del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), el Ministerio de Sanidad y la Generalitat, ha analizado 53 equipamientos —principalmente hospitales de agudos— repartidos entre las diez regiones sanitarias del país. Entre los recursos evaluados hay camas de hospitalización y de unidades de cuidados intensivos, boxes de urgencias, quirófanos, mamógrafos, TACs, resonancias magnéticas, fibroscopios y las listas de espera para pruebas como TAC, resonancias, colonoscopias y endoscopias, con datos actualizados hasta mayo del 2025.

El informe revela una notable disparidad territorial en la dotación de equipamientos sanitarios. Si se mide el número de unidades por cada 10.000 habitantes, la región del Alt Pirineu i Aran lidera claramente en casi todos los indicadores analizados: 24,56 camas de hospitalización de agudos; 3,65 boxes de urgencias; 1,306 quirófanos; 0,39 TAC; 0,392 mamógrafos y 1,36 fibroscopios. La excepción es la atención intensiva, ya que esta región no dispone de camas de UCI; en este caso, el mejor registro corresponde a Barcelona ciudad, con 2,38 por cada 10.000 habitantes. En el otro extremo, el Penedès registra la peor ratio de camas de agudos (11,88), Lleida la de boxes de urgencias (0,08), quirófanos (0,346) y fibroscopios (0), Girona en TAC (0,043), las Terres de l'Ebre en resonancias magnéticas (0) y el Camp de Tarragona en mamógrafos (0,018).

El informe pone de manifiesto desequilibrios evidentes entre regiones con poblaciones muy diferentes. La región sanitaria de Lleida, con 375.000 habitantes, solo dispone de un mamógrafo y tres boxes de urgencias, y no dispone de ningún fibroscopio ni equipo de radiodiagnóstico. En cambio, el Alt Pirineu i Aran, con solo 75.000 habitantes, tiene 28 boxes de atención continuada, tres mamógrafos y 10 fibroscopios, aunque no dispone de camas de UCI.

Con respecto a las listas de espera, la región Metropolitana Nord registra los plazos más largos para varias pruebas: 124 días por término medio para una colonoscopia, 162 para una esofagogastrostroscòpia, 87 para un TAC, 87 para una resonancia magnética y 80 para una mamografía. En el otro extremo, el Alto Pirineo y Arán presenta los plazos más cortos: 34 días para colonoscopia, 35 para esofagogastrostroscòpia, 17 para TAC, 30 para resonancia y 18 para mamografía.

Inconsistencias en los datos

Ante este escenario, el secretario general de Metges de Catalunya ha advertido que si los datos analizados son ciertos, resultan "altamente preocupantes" y ponen en evidencia una "inequidad muy grande" en la atención sanitaria entre las diferentes regiones de Catalunya. Según Lleonart, estas cifras refuerzan las tendencias que el sindicato ya había detectado sobre colapsos hospitalarios y déficits de inversión en determinadas zonas, y confirmarían una desigualdad territorial en el acceso a los servicios sanitarios. Sin embargo, Lleonart ha dejado abierta la puerta a la duda sobre la fiabilidad de la información, ya que, en palabras suyas, "hay centros con procedimientos realizados y pacientes en listas de espera de equipamientos que no constan en el registro". En este sentido, ha puesto como ejemplo el caso del Hospital de Campdevànol, en Girona, que solo tiene registrados dos o tres equipamientos menos que el Hospital Clínic de Barcelona, un dato que cuestiona la consistencia de los registros oficiales.