Los técnicos aragoneses que se llevarán las pinturas de Sijena para devolverlas al monasterio oscense de donde provienen empezarán a llegar este lunes al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Así lo ha anunciado este viernes la consejera de Educación, Cultura y Deporte del gobierno de Aragón, Tomasa Hernández, en una rueda de prensa para informar de los pasos de ahora, una vez los tribunales oscenses han dictado la orden definitiva para ejecutar la sentencia que obliga al MNAC a devolver las pinturas murales en un plazo de siete meses.
Los técnicos harán un levantamiento fotogramétrico —técnica de escaneo visual en 3D— de las salas donde se ubican las pinturas y solicitarán el acceso a toda la documentación sobre su tratamiento y conservación —con respecto a temperatura y humedad, en todas las ubicaciones en que han estado, incluido el periodo en que no estaban expuestas sino almacenadas— con el objetivo de que después, cuando estén en su lugar de origen, se tomen las medidas adecuadas, tal como establece el decreto de medidas que acompaña el auto dictado por la jueza.
La consejera ha enviado una carta al MNAC y ha precisado ante la prensa que no se trata de una misiva para pedir autorización, sino de una comunicación, teniendo en cuenta que ha acabado el periodo de cumplimiento voluntario de la sentencia y ahora empiezan a correr los plazos establecidos por la jueza para la ejecución forzosa, que responden al cronograma elaborado por el gobierno de Aragón y que culmina en siete meses. Hernández ha aseverado que espera una colaboración "real, efectiva y activa" y que no se ponga "ningún obstáculo" a los técnicos aragoneses.
Hernández también ha hablado con su homóloga catalana, la consellera de Cultura Sònia Hernández, para comunicarle la visita de los técnicos a partir de las 10.00 horas del lunes. De acuerdo con la responsable aragonesa, la consellera catalana le ha dicho que no habrá "ningún problema". De todos modos, la consejera aragonesa todavía espera la confirmación del MNAC, si bien es un organismo, ha recordado, que no tiene "voluntad propia" más allá de la de sus patrones: Generalitat de Catalunya, Ministerio de Cultura, Ayuntamiento de Barcelona y varias personalidades en representación de la sociedad civil.
Las tareas del cronograma ordenado por la jueza, que según Hernández es "exigente pero realista", están "perfectamente pautadas". Si el MNAC quiere aportar otro, tiene diez días hábiles para hacerlo (con lo cual ya será en septiembre porque agosto es un mes inhábil), pero, según la consejera aragonesa, tendrá que justificar los hitos semanalmente, y con las tareas a realizar: contratación de seguros, desmontaje, embalaje o transporte, entre otros.
Aragón no aceptará "es imposible" por respuesta
La consejera Tomasa Hernández también ha reiterado las amenazas habituales de Aragón con esta cuestión y ha acusado al MNAC de esconder un interés particular "bajo el barniz de proteger una cosa única y universal". Así, ha afirmado que al museo catalán le causa "un daño", también económico, desprenderse de lo que es "su espina dorsal", unas pinturas de gran valor y consideradas por algunos historiadores la 'Capella Sixtina del románico europeo'. Sin embargo, Hernández ha aseverado que el MNAC está obligado a colaborar con informes para decir como ejecutar el traslado para minimizar riesgos, porque el gobierno de Aragón, ha dicho, no aceptará que se diga que es imposible. "Se puede hacer", ha resuelto Hernández, que ha insistido en que eso es "cosa juzgada". Y ha advertido que el decreto de la jueza ya avisa de lo que pasará si el MNAC no cumple con la devolución: "Nosotros lo ejecutaremos a costa de ellos". El gobierno aragonés de Jorge Azcón pidió a los juzgados la ejecución forzosa de la sentencia, ante las reticencias del MNAC.
Polémico final a un largo periplo judicial crítico para Catalunya
Después de años de periplo judicial, en una cuestión que se ha convertido en cuestión de Estado en Catalunya para defender el patrimonio que considera suyo, la magistrada afianza el fallo en favor del gobierno de Aragón que ya confirmó el Tribunal Supremo este mayo. Los técnicos del Ejecutivo aragonés, que ahora preside el popular Jorge Azcón, podrán acceder a las salas 16 y 17 del MNAC durante el tiempo que sea necesario para ejecutar las tareas, estando los dos espacios cerrados al público. El museo también está obligado a dar toda la información relativa a la conservación de las obras y a las condiciones ambientales de la sala —temperatura y humedad relativa— para garantizar su "seguridad".
El MNAC ha defendido a lo largo de los últimos meses ante el juzgado que existe una "incapacidad técnica" para llevar a cabo el traslado de las obras en los plazos que marca la ley "sin ponerlas en riesgo". El museo sostiene que existen riesgos extraordinarios para la integridad de las pinturas murales si se someten al movimiento que implica el traslado a Aragón, dado que extraerlas del ambiente de preservación en que se encuentran podría hacer que se desmenuzaran. La fragilidad de las pinturas viene condicionada por el incendio que sufrieron en el año 1936 en Sijena. Ahora mismo, lo que hay son restos calcinados que tienen un grosor máximo de un milímetro, arrancados con una técnica denominada strappo, y montados encima de un soporte de madera sobre una tela. Por todo ello, el museo no habla de un mural sino de un artefacto formado por varias capas.