El sindicato Metges de Catalunya ha alertado de un aumento preocupante de los episodios violentos en las consultas médicas, una realidad que, según denuncia, se agrava por la falta de personal y la mala planificación del sistema sanitario. En el marco del 6.º Congrés que celebra en Lleida, el sindicato ha insistido que en Catalunya hacen falta como mínimo un millar de médicos, y critica que la actual estructura impide conocer con precisión el número real de facultativos en activo, los cuales se estiman en unos 30.000. "No puede ser que funcionemos así porque es un sistema ineficiente y puede ser muy caro", ha advertido Josep Maria Serra, presidente del ámbito de hospitales concertados. Por eso, reclaman incorporar nuevos profesionales y garantizar el relevo generacional de manera equitativa.
Con más de 200 profesionales reunidos este miércoles en la Llotja de Lleida, el 6.º Congrés de Metges de Catalunya ha servido para poner encima de la mesa algunas de las principales inquietudes de la profesión. Bajo el lema El futur que volem, el sindicato ha organizado tres mesas redondas centradas en cuestiones como el modelo sanitario vigente, el actual convenio médico, los retos jurídicos emergentes o la feminización de la profesión. Otro de los temas que ha generado más debate ha sido la creciente agresividad que sufren los facultativos en el ejercicio de su trabajo. El presidente del sindicato, Jordi Cruz, ha recordado que la sanidad catalana acarrea todavía las consecuencias de la crisis de 2010, con un déficit estructural de profesionales que se ha cronificado. En este sentido, Cruz ha dicho que se perdieron un millar de profesionales y que las plazas de médicos han crecido por debajo de lo que lo ha hecho la población.
A la falta de profesionales se añade otro factor preocupante: el progresivo envejecimiento de la plantilla médica. Según ha advertido a Metges de Catalunya, en algunas especialidades los facultativos de 60 años o más ya superan la mitad del total, hecho que compromete seriamente el relevo generacional. Por este motivo, el sindicato reclama una revisión urgente del modelo actual y pide al Departament de Salut, el CatSalut y el Institut Català de la Salut (ICS) una mejor planificación. Josep Maria Serra ha insistido en que "es básico tener un registro de profesionales", una herramienta que hoy día no existe. Ha criticado que la administración utiliza "plantillas equivalentes", un criterio que puede hinchar el cómputo de médicos, pero no refleja la realidad del número de profesionales activos. "Si yo cuento 1,2 y somos diez compañeros, no somos 12, somos 10", ha ejemplarizado Serra.
Desigualdad salarial
Otro de los agravios expuestos por el sindicato es la desigualdad salarial entre los médicos del sistema sanitario público y los de los centros concertados. Serra ha puesto cifras a esta diferencia: al final de su vida laboral, un facultativo que ha trabajado siempre en el sistema público puede llegar a percibir hasta 120.000 euros más que otro con una trayectoria similar en el sector concertado. Esta brecha, ha denunciado, añade un elemento de desigualdad dentro del mismo sistema sanitario catalán.