Pocas cosas más bonitas hay que el hecho de hacer realidad los sueños de tus abuelos. En este caso, Joan Casas (abuelo) y Marc Martínez (nieto) protagonizan una historia mucho tierno, romántica y dulce que se trasladó de una conversación y simples palabras a una realidad gastronómica consolidada en la ciudad de Barcelona. Una excelente noticia para nuestros paladares. Se trata de un proyecto único y muy vivo que nació y se consolida con la fuerza de una herencia y con el frescor de una mirada nueva.
Rooster & Bubbles: convertir la pasión de los abuelos en una realidad deliciosa
Hablamos del restaurante Rooster & Bubbles, la propuesta de Marc Martínez, neto de Joan Casas, pionero a popularizar el pollo asado en Barcelona durante los años sesenta. Si entonces la familia revolucionó las costumbres culinarias de la ciudad con la mítica rosticería Kikiriki, hoy la tercera generación recupera aquel espíritu festivo y lo actualiza con un concepto contemporáneo, donde el asado lento sigue siendo el protagonista, pero acompañado de actores secundarios de calidad altísima que marean al comensal a la hora de escoger entre platos de tanto nivel.
El alma de Rooster & Bubbles parte de la máquina de asar, que actúa como eje de una cocina sencilla, pero sabrosa. “No nos queremos complicar; lo importante es el producto y hacerlo bien”, me explica Marc. Aquí no solo se honra el pollo asado, sino que se amplía la oferta en carnes como el cerdo, el cordero, el pato o incluso el cochinillo en temporadas señaladas, además de opciones vegetales como la calabaza de violín. La propuesta se presenta en formatos versátiles: en el plato, en bocadillo o en ensalada, siempre con el mismo compromiso de calidad y precios asequibles que la familia considera irrenunciables.
La experiencia gastronómica se completa con una selección de guisos de temporada, que recuperan el espíritu del hervor tradicional, y con un maridaje pensado para celebrar. El cava, que ya fue símbolo de la primera aventura familiar, vuelve con fuerza: seis referencias a la carta, dos de ellas en copas, todas en versión Brut Nature, fiel a la filosofía de frescor y equilibrio. El interiorismo, a cargo de Trenchs Studio, refuerza esta idea de celebración próxima, pensada para compartir.
El restaurante Rooster & Bubbles es la propuesta de Marc Martínez, nieto de Joan Casas, pionero a popularizar el pollo asado en Barcelona durante los años sesenta
El origen es a su abuelo, sí. Y toma forma y realidad en el 2021, también. No obstante, cuatro años después la premisa es la misma: “Hacemos una cocina con sentido común en la cual el comensal se tiene que encontrar cómodo a través de un servicio agradable”, matiza al propietario. Recalca que no son un lugar impostado y que el impresionante diseño refleja simplemente la naturalidad que quieren transmitir. Marc, que se aleja de la etiqueta de restaurante gastronómico, me comenta con emoción en los ojos toda la historia familiar y deja claro que “somos de aquí y queremos ofrecer una propuesta atractiva para la gente de aquí, de Barcelona. Ha sido un acierto, estos primeros meses han ido muy bien. Hemos trabajado más de lo que me esperaba”, reconoce. Con un ticket medio de 25 €, sirven de lunes a domingo cada día. Sin menú del día, y con más guisadets con respecto al original del Born, tienen la fórmula perfecta: precio bien acotado, buena propuesta y ubicación acertada.
Con locales en Pla de Palau (Born) y en el Eixample, Rooster & Bubbles se ha consolidado como un espacio de cocina popular renovada y auténticamente barcelonesa. Y en septiembre, coincidiendo con las fiestas de Mercè, ofrecen el menú especial “Luz, fuego & bubbles”, un recorrido por los clásicos de la casa —como las croquetas, los macarrones al cardenal o el imprescindible pollo asado— por 30 €, con la opción de un maridaje de espumosos por 15 €. Una invitación a celebrar la tradición con un aire nuevo.