Hay que mirar el dado con todas sus caras. Aquello que parece que solo tiene un uso, seguramente engaña y proporciona unos cuantos más. Si siempre nos hemos acostumbrado a utilizar un objeto de una determinada manera acabamos olvidando el potencial de nuestra creatividad. Eso mismo lo traducimos al espectro gastronómico. Si visualizamos un alimento, sea cuál sea, seguro que enseguida nos viene a la cabeza el tipo de cocción, el tipo de corte y la receta con la que encaja. Y nos empeñamos aquí. Nos encasillamos, erróneamente, ya que los ingredientes son versátiles en ideas y usos. Es la primera norma gastronómica.
La deliciosa receta que puedes cocinar con solo medio puede de garbanzos
Toda esta introducción sirve para hablar del bote de garbanzos. Un elemento tan típico y característico de todas las despensas de Catalunya. Pues bien, con solo medio bote de garbanzos y dos huevos puedes elaborar unas minipizzas de garbanzos. Una receta sencilla, saludable y muy versátil, perfecta para aquellos que quieren disfrutar de un bocado rápido sin renunciar al sabor ni a la nutrición. Además, tienen la ventaja de ser sin gluten y ricas en proteínas, cosa que las convierte en una opción ideal para deportistas, personas con intolerancia al gluten o simplemente para quien quiera probar una alternativa diferente de la masa tradicional.
Para prepararlas necesitaremos unos cuantos ingredientes básicos que seguramente ya tenemos en casa. Harán falta 200 gramos de garbanzos cocidos (que corresponden aproximadamente a medio bote grande de conserva), dos huevos y un chorro de aceite de oliva virgen extra. Estos serán los elementos que nos permitirán hacer la masa base de las minipizzas. Con respecto a los toppings, la receta clásica propone tomate frito, queso mozzarella y jamón, aunque es totalmente personalizable y se pueden añadir verduras, atún o cualquier otro ingrediente que nos apetezca.
El proceso de elaboración es muy fácil y rápido. En primer lugar, tenemos que triturar en un procesador de alimentos los garbanzos, los huevos y el aceite hasta obtener una masa homogénea y ligeramente espesa. Una vez hecha, solo hay que darle forma de pequeñas bases redondas, tal y como se haría con una minipizza convencional. A continuación, las ponemos al horno, previamente calentado a 180 grados, y las dejamos cocer unos 15 minutos. Si al acabar este tiempo todavía vemos que la masa no está lo bastante cocida, podemos alargar unos minutos más la cocción.

Cuando las bases estén listas, es el momento más divertido: añadir los toppings. Extendemos una capa de salsa de tomate, colocamos la mozzarella e incorporamos los ingredientes escogidos. Finalmente, solo hay que devolverlas al horno unos 3 minutos más para que el queso se funda y los sabores se integren. El resultado es una propuesta deliciosa, nutritiva y muy fácil de preparar que seguro que triunfará en la mesa.