Los huevos azules existen y no son fruto de ningún experimento extraño, sino el resultado natural de una raza de gallinas originaria de Chile: las araucanas o mapuche. Aunque hoy en día también se encuentran en Estados Unidos y Europa, lo que más llama la atención de estas aves no es su exótico plumaje o su singular cresta, sino el peculiar color de la cáscara de sus huevos, que puede variar entre un azul suave y un tono verdoso. Esta coloración se debe a un proceso biológico único: una enzima que transforma la hemoglobina en biliverdina, un pigmento que se deposita en la cáscara durante la formación del huevo. Dependiendo de la variedad de la gallina, la intensidad del color puede cambiar, pero siempre es fácilmente reconocible. A pesar de su atractivo, estas gallinas ponen menos huevos que las comunes, lo que hace que su producción no sea tan rentable y que resulte difícil encontrarlos en el mercado.

El misterio de los huevos azules: ¿por qué adquieren este color?

Durante años se ha especulado con que los huevos azules eran más saludables que los tradicionales, sobre todo porque se decía que no contenían colesterol. Sin embargo, estudios como el de la Universidad de Connecticut en 1977 y uno más reciente de la OCU desmintieron este mito. De hecho, algunos análisis detectaron niveles más altos de colesterol en estos huevos que en los morenos. Aun así, también hay investigaciones que apuntan lo contrario, por lo que la diferencia podría estar relacionada no tanto con la raza de la gallina como con su alimentación. En cualquier caso, la ciencia actual sostiene que consumir huevos con regularidad no es perjudicial, ya que el colesterol que contienen tiene un efecto mínimo sobre los niveles en sangre, y comer hasta siete huevos a la semana es considerado perfectamente saludable.

Huevos con coloración azulada / Foto: Unsplash

Estos huevos tienen un nivel más alto de colesterol que los comunes que conocemos

Más allá del color, los huevos azules presentan otras particularidades. Tienen una mayor concentración de carotenos, lo que se traduce en yemas más doradas, incluso cuando la dieta de las gallinas es idéntica a la de otras razas. Además, contienen ligeramente más proteínas y su cáscara, más gruesa, permite una mejor conservación, ya que retienen la humedad durante más tiempo y envejecen más lentamente.

En su interior poseen yemas más doradas / Foto: Unsplash

Por todo esto, aunque no sean más saludables que otros huevos en cuanto a colesterol, sí ofrecen ventajas nutricionales y de conservación que los hacen únicos. Y, por supuesto, su apariencia sigue despertando la curiosidad de quienes los descubren por primera vez.