Catalunya es un país rico en paisajes naturales. Un buen plan para pasar las jornadas de verano podía ser una excursión a la naturaleza, y una opción perfecta puede ser una visita a un pozo. En Les Escaules, junto a Figueres, la naturaleza tiene rincones que parecen sacados de una postal. Los torrentes de la Caula y de Fontanilles forman unos gorgs de agua caliente donde, hasta no hace mucho, los vecinos se le podían bañar casi todo el año. Y no hablemos de cuatro piedras y basta: son espectaculares, de verdad. Puedes hacer un paseo hasta la ermita, ver los saltos de agua, subirte por los riscos o, si te va más, la parte gastronómica, aprovechar para redescubrir las Escaules y acabar el día cenando en el restaurante que hay junto a los gorgs. El salto de la Caula es un espacio mágico situado cerca de la Muga, en el término de Boadella y las Escaules, el salto de agua chorrea todo el año. Desde La Gandula, la sección veraniega de Elnacional.cat te traemos todos los detalles para disfrutar de esta visita al máximo.
🏰🔎El pequeño pueblo de piedra en Catalunya que parece salido de un cuento medieval: esconde un castillo entre montañas
Una ruta de montaña
La Caula es sinónimo de frescor y de paseos familiares. El salto de agua supera los 30 metros de terreno de rocas calcáreas envueltas de musgo, y al final del salto hay un pozo. Anteriormente, había un caminito que permitía caminar por debajo de la caída del salto, pero se encuentra cerrado, a causa de varios desprendimientos en el 2010. También antes la gente aprovechaba para bañarse en este lugar.
Además, también podemos encontrar el pozo de hielo, una construcción muy bien conservada, de fácil acceso, y que en otros tiempos había jugado un papel clave en el mantenimiento y conservación de los productos de la comarca. No solo es un espectáculo natural, sino que también tiene fama artística. Todo empezó con un hallazgo casual de Fèlix Fanès, que un día, hojeando el libro Apariencia desnuda (1973) del Nobel Octavio Paz, se dio cuenta de que allí salía una foto de Marcel Ducham. La imagen, obra de Denise Browne Hare, puso todavía más en el mapa este rincón, que más tarde el artista Joan Casellas aprovecharía para dar vida en el festival La Muga Caula.
Sin embargo, las Escaules son mucho más que un salto de agua. Detrás del encanto de este pueblo de piedra hay una historia vinculada al río Muga: antiguos molinos, restos de infraestructuras hidráulicas y una ruta que, en verano, regala esclusas y gorgues donde refrescarse como un rey. Aparte de visitar el pozo, también podemos aprovechar para dar un paseo por sus calles medievales, desde donde si levantara la vista, verás el castillo que corona el pueblo, fechado del siglo XIV. El tiempo parece que se ha detenido en las agujas del reloj de sol de la iglesia de Sant Martí y en algunas de sus callejuelas medievales. Todavía se respira el ingenio de los que supieron domesticar el agua.
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