El refrán de décadas de "tú eres lo que comes" se ha hecho cada vez más cierto a medida que aprendemos la importancia de nuestras dietas para la inmunidad, la longevidad vital e incluso la salud mental. Mucha gente no se da cuenta de que hay una manera en la cual la comida que ingerimos afecta a nuestro bienestar mental. Los alimentos que comemos, a medida que se digieren, interactúan con los billones de microbios del microbioma intestinal y se descomponen en diferentes sustancias, que posteriormente, con el paso del tiempo, afectan a nuestro bienestar mental. Algunos de los alimentos que son menos saludables, si los comemos, preparan el intestino para la inflamación.

Es por eso que te explicamos, a continuación, los cambios que tienes que implementar a tu día a día para mejorar la salud cerebral y tener un cerebro más sano.

Salud cerebral: 4 cambios a la dieta

Es posible aliviar estos síntomas solo con pequeñas y constantes acciones de nuestra rutina alimentaria. Aquí tienes cuatro cambios sencillos que puedes hacer a tu dieta para mejorar la salud del cerebro.

1. Aumenta la fibra que comes

Un primer paso fácil es aumentar la fibra a tu dieta. Una ingesta mayor de fibra dietética total se asoció con una menor probabilidad de desarrollar depresión, según un estudio publicado en Complementary Therapies in Medicine en el 2021. La mejor manera de conseguir fibra a la dieta es obtenerla de alimentos de origen vegetal. Estas son algunas fuentes de alimentos ricas en fibra: verduras de colores como las verduras de hoja verde, judías y otras legumbres, semillas de lino o cereales integrales saludables.

2. Consigue más polifenoles

Este método se conoce como a obtener un "calidoscopio de color" a la dieta comiendo alimentos coloridos ricos en polifenoles. Diferentes plantas y verduras de diferentes colores representan un nivel de biodiversidad que necesitan los microbios intestinales. Intenta comer más alimentos ricos en polifenoles como: zanahorias, arándanos, fresas, frutos secos, especialmente avellanas y pacanas, y aceitunas negras. Todos estos son muy importantes, porque tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes y fibra, además de múltiples micronutrientes que nuestro cuerpo necesita.

3. Come alimentos ricos en probióticos

Un intestino sano es excelente para nuestro cerebro, y nuestros intestinos adoran a los probióticos. Y puedes obtener más bacterias saludables de los alimentos fermentados. Un estudio publicado en Cell, una revista de gran reputación, hecho por un grupo de investigación de la Universidad de Stanford hace un par de años, demostró que añadir alimentos fermentados a la dieta reduce la inflamación. Los expertos recomiendan encontrar un alimento fermentado que guste, sea kéfir, kimchi, yogur o kombucha.

4. Utiliza más hierbas y especias

Una de las maneras más sencillas de mejorar la salud intestinal, que también puede promover la salud del cerebro, es añadiendo más especias y hierbas a la dieta. Las especias y diferentes tipos de hierbas frescas son ricas en polifenoles vegetales, ricos en antioxidantes y propiedades antiinflamatorias. Puedes condimentar las comidas con: cúrcuma y un poco de pimienta negra, capsaicina de guindillas, menta, orégano, perejil, tomillo, jengibre y ajo. Le dan aromas a la comida y añaden profundidad, tanto si haces una sopa, verduras asadas o un trozo de salmón. Pero también son una parte poderosa de nuestra cocina a la que nos podemos abonar.