Un nuevo caso de discriminación lingüística ha encendido las redes sociales en Catalunya. Un nuevo caso que demuestra que puede llegar a ser muy cansado querer vivir en catalán en Catalunya. Toni Strubell, filólogo y activista conocido por su compromiso con la lengua catalana, ha denunciado a través de la red social X un incidente ocurrido en la Escuela Ardenya de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà). Según ha explicado él mismo en un tuit, un repartidor de la empresa GLS Spain ha reaccionado con hostilidad por el hecho de que se le dirigiera en catalán. Strubell, que se había acercado a la furgoneta del repartidor para ayudarlo con una entrega, ha recibido como respuesta del mensajero expresiones despectivas como "me hable en español" y "a la mierda", cuando simplemente le hablaba en catalán.

Ante la difusión del caso, GLS Spain ha respondido rápidamente desde su perfil de atención al cliente en la misma red, mostrándose abiertos a investigar los hechos. La empresa ha manifestado su compromiso a revisar la situación y a evitar que se vuelva a repetir, pidiendo disculpas públicas por lo ocurrido. También han ofrecido a Strubell la posibilidad de contactar por mensaje privado para aportar más información.

Por su parte, la entidad Plataforma per la Llengua, que vela por la defensa de los derechos lingüísticos, se ha puesto a disposición del filólogo para ofrecerle apoyo y asesoramiento. La organización ha invitado al afectado a formalizar el caso a través de su espacio dedicado a recoger este tipo de vulneraciones.

Ante este nuevo episodio de odio, centenares de usurarios han llenado las redes sociales de reproches, en un nuevo caso de catalanofobia que vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los derechos lingüísticos en Catalunya, mientras los catalanes decimos basta.