Los tomates umami se han convertido en una pequeña revolución dentro del mundo gastronómico, especialmente entre quienes buscan potenciar el sabor sin necesidad de recurrir a salsas, caldos concentrados o ingredientes artificiales. Este tipo de tomate, cada vez más presente en mercados y cuentas culinarias de redes sociales, se caracteriza por ofrecer un sabor mucho más intenso, profundo y duradero que el de un tomate convencional. Su fama no es casual: el umami, conocido como el “quinto sabor”, es ese gusto sabroso, redondo y adictivo que encontramos en alimentos curados, fermentados o maduros, y que ellos llevan de manera natural gracias a su composición. Por eso, cuando hablamos de tomates umami, hablamos de un producto que concentra en un solo bocado una explosión de gusto, capaz de transformar platos sencillos en propuestas memorables.

¿Qué son los tomates umami?

La clave de estos tomates está en su elevado contenido en glutamato, un aminoácido presente de forma natural en muchas frutas y verduras, pero que en esta variedad aparece en cantidades superiores. Por eso, al morderlos, se experimenta esa sensación tan característica del umami: un sabor que no es dulce, salado, ácido ni amargo, pero que combina un poco de todos y deja una sensación carnosa, profunda y extremadamente placentera. A diferencia de los tomates corrientes que muchas veces pueden resultar aguados o poco perfumados, los tomates umami están cultivados para concentrar más azúcares, más acidez equilibrada y, sobre todo, más compuestos que potencian el gusto. Esto hace que sean ideales para comer solos, en ensaladas, para potenciar una tostada con aceite o incluso para preparar salsas que requieren menos cocción porque ya traen una intensidad natural muy marcada.

La concentración de glutamato está en cantidades superiores a otros tomates / Foto: Unsplash

Estos tomates requieren menos cocción en salsas porque ya traen una intensidad natural muy marcada

Otro punto interesante es su proceso de cultivo y maduración, ya que suelen recolectarse en el momento exacto en que han alcanzado su punto máximo de sabor. Suelen ser variedades pequeñas o medianas, con piel fina y pulpa muy densa, características que ayudan a conservar mejor la esencia del tomate. Algunos productores incluso utilizan técnicas específicas para que la planta retenga más nutrientes y obtenga una concentración más alta de compuestos responsables del umami. El resultado es un tomate que no solo es más sabroso, sino también más aromático, más versátil y mucho más agradecido en la cocina cotidiana.

Este tomate es mucho más sabroso / Foto: Unsplash

Pero quizá lo más atractivo es que los tomates umami permiten recuperar algo que mucha gente echa de menos: la sensación de morder un tomate que realmente sabe a tomate. En un tiempo en el que muchas variedades se han seleccionado por su resistencia, conservación o tamaño, esta opción vuelve a poner en primer plano el sabor como prioridad absoluta. Por eso, cada vez más chefs, cocineros domésticos y amantes de la gastronomía los buscan para dar un toque especial a cualquier receta. Son una muestra perfecta de cómo, con un solo ingrediente, se puede elevar un plato entero gracias a ese toque sabroso, intenso y absolutamente inolvidable del umami.

Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de Elnacional.cat.