“No hacemos cocina mediterránea ni cocina fusión; hacemos nuestra cocina, la más personal”, hablan los chefs Dani Moreno y Sandra Fernández. Hablo con esta pareja de amigos después de que me hablaran maravillas de este local enclaustrado justo en medio de Sabadell. Abiertos desde 2019, el restaurante Rice apuesta por una cocina casera, innovadora y arraigada en el territorio, con especial atención a los arroces y postres de elaboración propia.
Rice: dos jóvenes enamoran en Sabadell con un menú degustación que te deja sin palabras
Mi visita se centra en probar el descomunal menú degustación que han diseñado Moreno y Fernández para la primavera-verano. Desde finales de mayo y hasta finales de octubre aproximadamente, los comensales tendrán que pensar muy bien si optan por una carta atractiva y rellena de buenas propuestas o el irresistible menú degustación conformado por 7 pases y 3 postres. En total, diez platos a razón de 50 € para impresionar a los paladares locales que se acercan hasta la calle Raval de Dins, 12.

Un comedor pequeño con espacio para 25 comensales me da la bienvenida en este restaurante que rápidamente me gana con la sonrisa de Dani y Sandra, nada más entro por la puerta. “No es ninguna presión estar de cara al público”, asevera Dani. Todo lo contrario, “a mí me encanta observar la gente, las caras que ponen cuando prueban los platos, tener este feedback natural y honesto es lo mejor”, añade Sandra. Precisamente, este hecho de tener esta cocina abierta a todo el restaurante con la barra y los cristales como única separación es, sin ningún tipo de duda, un gran punto a favor porque mientras disfrutas a través del sabor de los platos que preparan, te deleitas visualmente con el hervor de las cazuelas y sus cuatro manos trabajando enérgica y dulcemente por la cocina arriba y abajo.

Así pues, me siento en la mesa y enseguida me llega el primer protagonista del día. Un gazpacho de fresas y vieira ahumada que anticipa el alto nivel del menú que han creado este par de genios. El foie micuit hecho en casa es el segundo pase de la jornada, en una esbelta y artística presentación gracias a los colores y formas del chocolate blanco con amaretto y el coulis de frutos rojos. Acompañado de unas tostadas, me obligo a ir muy poco a poco para que este plato aguante más minutos en la mesa que el gazpacho.

Continuamos con la cigala con crema de guisantes y menta, una receta fascinante a través de esta cigala impecablemente cocida, tierna y suculenta, que se funde con la dulzura sutil de la crema de guisantes. Y nada despreciable el toque de menta aporta frescor y elegancia primaveral. En raciones adecuadas y a un ritmo ágil y mesurado para los estómagos, me enorgullece ver la coordinación de estos dos jóvenes cocineros y como se entienden con armonía. Pero ahora toca hablar del cuarto plato, un escandaloso arroz meloso de gamba roja, “un imprescindible de la casa, está desde siempre y es un básico innegociable en el menú”, me susurra Sergi Calaff, jefe de sala del Rice.

Llegamos a la mitad de la comida con el suquet de pescado. Intenso y profundo, envuelve el corvallo con calidez marina. La cocción a baja temperatura respeta la textura del pescado, que se deshace con suavidad y delicadeza. Después de un viaje sereno por las aguas del mar, el menú empieza una nueva travesía: la tierra toma protagonismo y nos invita a adentrarnos en sabores más densos y telúricos.

Concretamente, un dúo de carne contundente, precioso, glorioso y cocinado con gran maestría. Por una parte, el meloso de ternera con cremoso de patata lila, trufa y reducción de la misma salsa de la carne; de la otra, el canelón de pollo de corral, con crema de ciruelas y piñones. Dos propuestas de carácter terrenal y bien contrastadas: la primera, rica y voluptuosa; la segunda, delicada y nostálgica, con reminiscencias de asados familiares y sabores dulcemente redondeados.

Dani y Sandra son pioneros en Sabadell. “Buscamos marcar la diferencia con un menú que no se encuentro en ningún otro sitio de la ciudad”. Pero no solo esto, sino que sacan pecho y muestran el orgullo de proclamar a los cuatro vientos esta pasión por cocinar y “enseñar que la gente joven podemos hacer grandes cosas”. Así, han enamorado a toda la parroquia de la cocapital del Vallès Occidental, pero también a un público catalán que viene desde Sant Cugat, Cerdanyola e, incluso, desde Manresa.

Y llegamos a los postres, la parte final de este menú donde brilla Sandra. Para empezar, una sorpresa: el tutti frutti. Son varias frutas que conocemos todos, pero en colores y formas no habituales. Lo proponen como un juego al comensal, porque la cocina también es diversión e investigación. No revelaré qué frutas tenía yo —ni tampoco pondré ninguna imagen de estos postres— para que os atreváis a probarlas y os adentréis en el juego.

La crema catalana a nuestra manera es una espuma de crema catalana con el caramelo líquido, carquiñol y lima rayados por encima. Todos los postres son caseros como lo es la última propuesta de que me presentan en la mesa, que es el pequeño four: una nube de fresa con lima; una roca de patata frita con chocolate; una galleta de chocolate casero con caramelo salado; y, finalmente, la galleta-mojito.