Aunque se pueden encontrar durante cada mes del año gracias al cultivo en invernaderos, la temporada oficial del tomate es de junio a septiembre. Es en la época del verano cuando mejor color tienen y cuando su sabor es más atractivo y, también, son los meses de verano en los que más viajamos y cogemos más aviones comerciales de todo el año. Vuelos internacionales o intercontinentales en los que hay disponible para los pasajeros una carta con alimentos y bebidas para amenizar el viaje. Una de las opciones más frecuentes y que, además, se solicita con una sorprendente alta demanda es el zumo de tomate.

El motivo por el que el zumo de tomate tiene mejor sabor cuando estás en un avión

Concretamente, lo explica Miguel Ángel Lurueña en su libro Del ultramarinos al hipermercado (Destino, 2023), mencionando el caso específico de la compañía alemana Lufthansa, cuyos pasajeros consumen ni más ni menos que 1,7 millones de litros de zumo de tomate al año. Y son datos que se repiten con cifras similares a otras compañías aéreas.

Zumo de tomate, zumo de tomate / Foto: Pixabay
El sabor del zumo de tomate mejora en una cabina de vuelo / Foto: Pixabay

A bordo de los aviones, el zumo de tomate tiene más aceptación que en tierra firme. Mientras que en nuestra casa se prefieren opciones como el gazpacho o zumos de fruta, en la mayoría de las compañías aéreas se consumen anualmente centenares de miles de litros de zumo de tomate. ¿Y por qué este fervor por esta bebida? Las condiciones de vuelo alteran la percepción del sabor. La presión y la humedad más bajas dentro de la cabina reducen la sensibilidad a los sabores dulce y salado, pero potencian el umami, presente de manera natural en el tomate y responsable de su intensidad característica. A eso se añade el ruido constante de los motores, que podría activar mecanismos nerviosos y reforzar todavía más esta sensación.

Varios estudios han demostrado que el ambiente también juega un papel clave: la música, los sonidos e incluso la iluminación pueden modificar la manera como percibimos el sabor. Al fin y al cabo explica que, en pleno vuelo, el zumo de tomate resulte especialmente atractivo e incluso más sabroso que en cualquiera otro contexto en el suelo.

Zumo de tomate, zumo de tomate / Foto: Pixabay
Muchas compañías aéreas registran un consumo de centenares de miles de litros de zumo de tomate al año / Foto: Pixabay

Cómo preparar un zumo de tomate casero

No todo el mundo tiene el tiempo o el dinero para viajar en avión y, por lo tanto, descubrir de primera mano si este hecho es verídico o no. No obstante, preparar un zumo de tomate casero es muy fácil y el resultado es delicioso. En primer lugar, tienes que lavar 1 kg de tomates maduros, retirar la parte verde y cortarlos a cuartos. Después, escáldalos 1 minuto en agua hirviendo, enfríalos en agua con hielo y pélalos. Tritúralos con medio litro de agua, una cucharada de zumo de limón, sal y, opcionalmente, pimienta negra y una pizca de azúcar para equilibrar la acidez. Cuela la mezcla con un colador fino para eliminar semillas y restos de piel, y refrigéralo al menos 1 hora antes de servir. Para potenciar el sabor de umami, puedes añadir unas gotas de salsa Worcestershire, un toque de apio fresco triturado o un poco de tabasco. Remueve antes de beberlo y sírvelo bien frío, solo o con cubitos.