La crema catalana es mucho más que unos postres: es una receta que atraviesa siglos, profundamente arraigada a la memoria gustativa del país. Ahora, este clásico de la cocina dulce catalana se puede disfrutar como nunca: para llevar y recién quemado. Este es el objetivo de Sucre Cremat, una nueva tienda que ha abierto este julio en el número 2 de la calle Canvis Vells, en el corazón del Born, a pocos metros de Santa Maria del Mar. Con una apuesta monográfica y sin florituras, el local ofrece exclusivamente terrinas de crema catalana de 150 ml a un precio único de 5 euros. Pensadas para comer al momento, estas terrinas conservan la textura crujiente y el aroma inconfundible del azúcar recién quemado. Una manera directa, moderna y sabrosa de acercar la cocina catalana tanto al público local como a los visitantes.

Sucre Cremat: la primera tienda de crema catalana auténtica para llevar en Catalunya

Los impulsores del proyecto son en Mario Quintero y Sofía Fortuna, un brasileño y una portuguesa que hace años que viven y trabajan en Barcelona. Los dos han estado vinculados durante mucho tiempo en el mundo de la restauración y ahora emprenden esta nueva aventura como homenaje sincero a la cultura gastronómica catalana. Mario, además, tiene raíces familiares en el mismo barrio del Born, donde vivía su bisabuela, cerrando así un círculo emocional e identitario.

Crema catalana, tienda Sucre Cremat / Foto: Isabel Acevedo
Mario Quintero y Sofía Fortuna hacen historia en Catalunya con Sucre Cremat / Foto: Isabel Acevedo

“Nuestro objetivo es dar valor a un dulce tradicional, sin reinterpretaciones ni fusión. Una crema catalana tal y como se ha hecho siempre, con ingredientes de calidad y mucho respeto por el producto,” explican. Y para hacerlo posible, han apostado también por proveedores de proximidad: leche de Llet Nostra, huevos de Ous de l'Estany, azúcar de Sucre Bo, carquiñoles de la casa El Cobo (Tarragona), cerámicas Regàs de Sant Celoni y cafés de especialidad de Cafès La Finca.

Barcelona estrena Sucre Cremat, la primera tienda dedicada en exclusiva a la crema catalana, un dulce histórico ahora servido con una propuesta ágil, sin artificios y fiel a la tradición

Como muchas recetas tradicionales, la crema catalana también tiene su leyenda. Explica que unas monjas, al querer preparar un flan para un obispo, se dieron cuenta de que había quedado demasiado líquido. Para arreglarlo, añadieron azúcar por encima y lo quemaron. Cuando el obispo se lo puso en la boca, gritó “Quema, quema” refiriéndose a la temperatura —y, en catalán, significa “crema”—. Una exclamación que, según la historia oral, habría dado nombre a los postres.

Crema catalana, tienda Sucre Cremat / Foto: Isabel Acevedo
La crema catalana, un postre icónico en nuestro país / Foto: Isabel Acevedo

La realidad es que ya en el siglo XIV, el Libro de Sent Soví describía una preparación de leche espesada con yema de huevo y aromatizada con canela. En el siglo XVI, el Libro del Coch ofrece una versión parecida. Sin embargo, el nombre de “crema catalana” no aparece hasta el siglo XVIII, cuando el barón de Maldà habla en su Cajón de sastre como un dulce propio del Día de Sant Josep, el 19 de marzo. Es también en aquel momento que se documenta el uso del azúcar quemado encima, elemento que hoy es su seña de identidad.

Tradición, sabor y modernidad

La crema catalana es una de aquellas recetas que, por su aparente sencillez y profundo sabor, ha sabido resistir el paso de los siglos y las modas. Hoy se puede encontrar tanto en restaurantes de cocina tradicional como en locales de tendencia. Pero es la primera vez que se presenta en un formato pensado para la calle, para llevar y comer en pocos minutos, en plena ruta por el Born. Sucre Cremat, pues, quiere convertirse en un lugar de referencia para locales y visitantes. “En Lisboa siempre quieres probar un Pastel de Belém. Pues nosotros queremos que, cuando se visite Barcelona, nadie se vaya sin probar una crema catalana como es debido”, resume Sofía.