Superada ya la primera ola de calor que ha arrasado Catalunya los últimos días, las temperaturas, sin embargo, seguirán superando fácilmente los 30 grados. Por esta razón, tenemos que proporcionar al cuerpo platos ligeros, hidratantes y nutritivos. Es la época de las recetas frescas, aquellas que no requieren horno ni fogones y que, a pesar de su sencillez, son capaces de satisfacer el paladar y nutrirnos como es debido. En este escenario veraniego, las ensaladas se convierten en un recurso ideal: versátiles, rápidas de preparar e infinitamente personalizables. Además, son una excelente manera de incorporar legumbres, hortalizas y condimentos sanos a nuestro día a día, sin renunciar al placer de comer.

Esta es la ensalada más refrescante y viral del verano

Una propuesta maravillosa para estos días calurosos es una ensalada de lentejas con aceitunas, maíz, pepinillos y cebolla, acompañada con aceite de oliva virgen extra, vinagre de manzana, sal y un toque especial de comino. Esta combinación no solo es refrescante y sabrosa, sino que nos permite seguir consumiendo legumbres durante el verano, aprovechando los beneficios nutricionales —especialmente su riqueza en proteínas vegetales y fibra— y reduciendo así el consumo de carne en una época en que los platos contundentes a menudo nos hacen pereza.

Ada Parellada, ensalada garbanzos / Foto: Carlos Baglietto
Una ensalada de garbanzos también es una opción ideal / Foto: Carlos Baglietto

Para elaborarla, solo habrá que tener a mano 500 g de lentejas ya cocidas y escurridas. Si se utilizan de tarro, conviene enjuagarlas con agua fría para eliminar el líquido de conserva y dejarlas bien escurridas. Las olivas (250 g) se pueden utilizar enteras o cortadas por la mitad, según el gusto. Los pepinillos agridulces (250 g) aportan un contraste refrescante y un poco de crocante; hay que cortarlos en rodajas o en dados pequeños. El maíz dulce (150 g), escurrido y listo para incorporar, ofrece un toque dulce y suave que combina muy bien con el resto. Finalmente, media cebolla —preferiblemente morada por su dulzura y color— se tiene que cortar bien fina, en juliana o pequeños cubos.


Cuando tengamos todos los ingredientes preparados, solo hace falta mezclarlos en un bol grande y aliñar al gusto con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, un poco de vinagre de manzana, sal y, sobre todo, comino. Este último ingrediente es clave: con muy poca cantidad, da profundidad y un toque aromático que eleva el conjunto. Además, el comino es digestivo y ayuda a digerir mejor las legumbres. La mezcla se tiene que dejar descansar unos minutos en la nevera para que los sabores se fusionen y la ensalada coja el punto óptimo de frescor.

Las ensaladas son sinónimo de verano

Si quieres variar y no caer en la monotonía, puedes probar otras ensaladas igualmente refrescantes y saludables: una ensalada de sandía con queso feta y menta; una ensalada de tomate con melocotón y albahaca; cuscús con verduras asadas y limón; gazpacho o salmorejo bien fríos; o una ensalada de pasta integral con verduras y una vinagreta de yogur. El verano es tiempo de colores, sabores y texturas frescas: ¡aprovechémoslo!