Las dudas sobre el estado de salud de Donald Trump han vuelto a sacudir Estados Unidos después de que el presidente pronunciara este miércoles un discurso a la nación con un tono inusualmente exaltado, lo cual ha encendido las alarmas entre expertos médicos y observadores políticos. El doctor Jonathan Reiner, cardiólogo que atendió al difunto vicepresidente Dick Cheney durante más de tres décadas, ha expresado su “seria preocupación” tras ver el discurso, que ha calificado de “sobreexcitado”. Mediante varios tuits en la red social X, Reiner ha comentado en directo el comportamiento de Trump, que durante los 18 minutos que duró su intervención habló con un tono constantemente enfadado, gritando a menudo las frases que leía de un teleprompter. “Trump estaba pasado de revoluciones”, ha escrito.
“Estoy muy preocupado por la salud del presidente”, ha afirmado el doctor Jonathan Reiner sobre Trump, y ha añadido que “nadie debería estar contento de ver al presidente así. Parece enfermo”. La salud de Trump ha sido motivo de preocupación recurrente este año, desde apariciones públicas con contusiones visibles en la mano hasta momentos en que parecía que cerraba los ojos durante reuniones del gabinete.
I’m seriously concerned about the health of the president.
— Jonathan Reiner (@JReinerMD) December 18, 2025
No one should be happy to see the president like this. He looks unwell.
— Jonathan Reiner (@JReinerMD) 18 de diciembre de 2025
A principios de diciembre, Reiner ya había cuestionado la versión oficial ofrecida por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, que anunció una “resonancia magnética preventiva” como parte de la segunda revisión médica del presidente en menos de un año. Según Reiner, estas pruebas no se hacen nunca de forma preventiva, sino “cuando hay alguna preocupación clínica”. “Esta no es una prueba estándar”, advirtió, tildando el comunicado de la administración estadounidense de “defensivo y evasivo”. También consideró especialmente extrañas las supuestas pruebas de imagen “preventivas” en el abdomen. “En lugar de este tipo de nota evasiva, casi ridícula, simplemente expliquen qué pasó”, sentenció el cardiólogo y profesor de medicina en la Universidad George Washington.
Un discurso pasado de vueltas
Durante el polémico discurso que se analiza al detalle en Estados Unidos, Trump intentó presentar un balance extraordinariamente positivo de su primer año de vuelta al poder, exagerando los éxitos económicos en un momento en que los sondeos muestran su popularidad en mínimos desde enero, especialmente por el malestar ciudadano por el alto coste de la vida. El presidente cargó contra los inmigrantes y contra el gobierno de su predecesor, Joe Biden, y afirmó que en pocos meses Estados Unidos ha ido "de mal en peor" gracias a medidas como las deportaciones, el cierre estricto de la frontera y el uso agresivo de los aranceles como herramienta de presión internacional. Trump aseguró que los primeros once meses de su segundo mandato han comportado los "cambios positivos" más grandes de toda la historia, y destacó que "los salarios están subiendo más deprisa que la inflación". A pesar de ello, esta mejora supuestamente generalizada no llega a buena parte de la ciudadanía, que continúa sufriendo el encarecimiento del coste de vida. Según la Reserva Federal, la actual inflación está fuertemente vinculada a los aranceles que el propio Trump implementó el pasado abril.
Trump sounds like a maniac at some sort of demented open mic pic.twitter.com/EOaHxKUBwC
— Aaron Rupar (@atrupar) December 18, 2025