En un pequeño pueblo de Les Garrigues, una abuela catalana ha conquistado Instagram con un vídeo que destila tradición y sabor. Se trata de Montserrat Masip y Sabaté, una de las protagonistas del precioso proyecto Gastrosàvies, impulsado por la cuenta @somgastronomia, que recupera la memoria culinaria de las mujeres del campo catalán. En el clip, Montserrat enseña con sus manos sabias a preparar unas orelletes, un dulce típico de las comarcas de Lleida que, como explica ella misma, “se hacían cuando no había horno en casa, para endulzar los días con lo que se tenía”.
Una abuela catalana de Les Garrigues revela su receta de 'orelletes'
Sus ingredientes no pueden ser más sencillos: harina, huevos, agua y un toque de anís o canela. Con ellos, las abuelas de antaño lograban crear verdaderas joyas crujientes, infladas en la sartén y espolvoreadas con azúcar. El secreto está en el gesto, en esa manera de amasar con paciencia, estirar bien la masa hasta que quede finísima y luego dejar que el aceite de oliva virgen extra haga su magia. Al contacto con el calor, las orelletes se hinchan, se doran y desprenden un aroma irresistible que llena toda la cocina.

En el vídeo, Montserrat cuenta que antes, en los hogares rurales, no existían hornos domésticos, y por eso los postres se cocinaban con aceite. De ahí nacen las orelletes y otras delicias fritas como las rosquillas, los buñuelos o las cocas de sartén. En tiempos de escasez, estas recetas eran una fiesta: un modo de aprovechar los ingredientes básicos que siempre había en casa y convertirlos en algo dulce para compartir. Cada familia tenía su versión, con pequeñas variaciones en el licor o en las especias, pero todas compartían esa mezcla de sencillez y cariño que define la repostería tradicional catalana.
La receta de Montserrat no solo rescata un sabor, sino una forma de entender la cocina. Las orelletes, dice, se preparaban en fiestas, ferias o días señalados, cuando las mujeres se reunían para freír grandes tandas que luego repartían entre vecinos y familiares. No había medidas exactas, sino intuición, tacto y experiencia: “Cuando la masa te lo pide, ya sabes que está”, comenta con una sonrisa.
Esta receta no solo rescata un sabor, sino una forma de entender la cocina
Hoy, gracias a iniciativas como Gastrosàvies, estas recetas vuelven a ocupar el lugar que merecen. Porque detrás de cada orelleta hay una historia, una voz femenina que ha transmitido su saber generación tras generación. Y porque en una época de prisas, recordar que con harina, huevos, agua y un toque de anís se puede crear algo tan delicioso, es un homenaje a la cocina más auténtica: la que se hace con memoria, respeto y mucho amor.