Pocas cosas hay más reconfortantes que un plato de lentejas con verduras hecho a fuego lento, con ese sabor de hogar que parece imposible de reproducir. Las lentejas de la abuela tienen un encanto especial, una mezcla de paciencia, cariño y saber hacer que convierte un guiso humilde en un manjar inolvidable. Pero lo cierto es que lograr ese punto de textura, aroma y calidez no es un misterio: solo hay que seguir algunos pasos clave, elegir bien los ingredientes y, sobre todo, cocinar sin prisa. Porque las lentejas, como la vida, no entienden de atajos.

Cómo hacer lentejas con verduras como las de tu abuela

Antes de entrar en materia, conviene recordar que la base de unas buenas lentejas no es solo la legumbre, sino el sofrito. Ese fondo hecho con mimo, con las verduras bien pochadas y los sabores concentrados, es lo que marcará la diferencia. Olvídate de las prisas o de la olla exprés si lo que buscas es el sabor de antaño: las lentejas tradicionales se hacen con calma, removiendo de vez en cuando, dejando que el aroma impregne la cocina. Y aunque cada casa tiene su versión, con o sin chorizo, más caldosas o más secas, las lentejas con verduras son una opción ligera, sana y llena de sabor que demuestra que no hace falta carne para disfrutar de un guiso de verdad.

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Lo primero es hacer un buen sofrito con las verduras / Foto: Unsplash

Para preparar unas lentejas con verduras como las de la abuela, necesitarás:

  • 400 g de lentejas pardinas (no hace falta remojarlas si son pequeñas)
  • 1 cebolla grande
  • 2 zanahorias
  • 1 pimiento verde y medio rojo
  • 2 dientes de ajo
  • 1 tomate maduro o 2 cucharadas de tomate triturado
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
  • Sal y pimienta al gusto
  • Agua o caldo vegetal (aproximadamente un litro y medio)

Si quieres darles un toque más potente, puedes añadir una patata troceada, calabacín, o incluso un poco de comino para intensificar el sabor. Cada abuela tiene su secreto, y parte de la magia está en adaptarlas a tu gusto.

Empieza por cubrir el fondo de una olla con un buen chorro de aceite de oliva. Añade la cebolla, los ajos y el pimiento bien picados, y deja que se pochen a fuego medio hasta que estén blandos y dorados. Incorpora la zanahoria en rodajas y el tomate rallado, remueve y deja cocinar unos minutos más. Añade el pimentón dulce y mezcla rápidamente para que no se queme. A continuación, agrega las lentejas, el laurel y el agua o caldo caliente. Cocina a fuego bajo durante unos 40 o 50 minutos, removiendo de vez en cuando y vigilando que no se queden sin líquido. Cuando las lentejas estén tiernas y el caldo ligeramente espeso, prueba de sal y rectifica.

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Hay que cocinarlas rato a fuego bajo / Foto: Unsplash

El secreto final está en dejarlas reposar unos minutos antes de servir: ese pequeño descanso realza el sabor y hace que la textura sea más melosa. Sirve tus lentejas humeantes, acompáñalas con un poco de pan crujiente y disfruta de esa sensación inconfundible de cocina casera, de siempre y con alma.