Los adultos fumadores entre 18 y 24 años que consideran que el vapeo es menos dañino que el tabaco tienen más probabilidades de dejar el cigarrillo, según un nuevo estudio británico publicado en la revista Nicotine & Tobacco Research de Oxford Academic. Los datos muestran que quienes reconocen este riesgo menor tienen más probabilidades de pasarse al cigarrillo electrónico en lugar de continuar con el tabaco, y que esta percepción se asocia con un abandono más frecuente del cigarrillo tradicional entre adultos jóvenes.

La manera en que entendemos los riesgos del tabaco y del vapeo puede condicionar nuestras decisiones. Así lo demuestra 'Perceived harm of vaping relative to smoking and associations with subsequent smoking and vaping behaviors among young adults: evidence from a UK cohort study', una investigación a cargo de ocho profesionales de la salud que ha seguido durante seis años a más de 3.000 adultos (entre 18 y 24 años al inicio, seguidos hasta 24 a 30 años) en Inglaterra. El estudio revela que quienes fumaban y percibían el vapeo como menos dañino tenían más probabilidades de dejar el cigarrillo y, con el tiempo, inclinarse por el vapeo.

Se trata del primer estudio entre esta franja de adultos que busca analizar hasta qué punto las percepciones de daño están asociadas longitudinalmente con los comportamientos relativos al tabaco y al vapeo. 

Reconocer el menor daño del vapeo ayuda a dejar el cigarrillo tradicional

La percepción de que vapear es menos dañino que fumar se asoció fuertemente con la transición hacia el cigarrillo electrónico. Según el análisis estadístico, quienes tenían esta percepción tenían un riesgo relativo ajustado de abandonar el tabaco en pro de los productos de menor riesgo, como el vapeo, en comparación con quienes creían que ambos eran igual o más perjudiciales, o no sabían qué pensar. En otras palabras, los adultos entre 18 y 24 años que reconocen el menor daño del vapeo tienen más probabilidades de cambiar al cigarrillo electrónico en lugar de continuar con el tabaco de combustión.

Esta tendencia se reflejó en la trayectoria de los participantes que fumaban, pero no vapeaban al inicio del estudio. Seis años más tarde, un 32 % seguía fumando, un 37 % había dejado el tabaco y se había pasado al cigarrillo electrónico y un 14% había abandonado ambos hábitos.

El estudio documenta que una proporción considerable de la muestra no percibe el vapeo como menos dañino que fumar. Aunque la evidencia científica apunta a que es menos dañino que el tabaco tradicional, cada vez más fumadores lo perciben como igual de perjudicial o incluso peor.

En esta misma dirección, el propio estudio recuerda que, aunque el vapeo conlleva algunos riesgos, es menos dañino que el tabaco y puede ayudar a dejarlo. Los autores citan además encuestas nacionales que muestran que las percepciones erróneas sobre el vapeo están aumentando: un 59 % de los fumadores británicos creía que vapear era tan o más perjudicial que fumar; diez años después, esa cifra ha subido hasta el 85 %.

Los adultos que no fumaban siguen lejos del cigarrillo

La investigación también siguió a personas que nunca habían fumado ni vapeo. En este grupo, compuesto por más de 1.100 participantes, el inicio de estos hábitos fue muy poco habitual durante los seis años en los que se realizó el seguimiento: un 6 % probó cigarrillos, un 3 % vapeó y otro 3 % hizo ambas cosas. En cualquier caso, no hubo relación clara entre estas conductas y sus percepciones en torno al riesgo.

Algo parecido ocurrió al analizar a quienes no habían consumido en los 30 días antes del inicio del estudio: al cabo de seis años, solo un pequeño porcentaje fumaba, vapeaba o hacía ambas cosas, y tampoco en este caso las percepciones parecían haber influido.

La evidencia científica indica que cuanto antes se abandona el tabaco, mejores son los resultados de salud, lo que refuerza la relevancia de encontrar alternativas de menor riesgo como el vapeo. El mensaje de fondo es sencillo: si la sociedad y las políticas públicas no distinguen con claridad entre los riesgos del tabaco y los del vapeo, se puede estar perdiendo una oportunidad para ayudar a miles de adultos jóvenes a dejar el cigarrillo. En este sentido, entender y comunicar correctamente los riesgos relativos del vapeo frente al tabaco puede abrir oportunidades reales para que adopten comportamientos más saludables.

Para consultar el estudio completo: Perceived harm of vaping relative to smoking and associations with subsequent smoking and vaping behaviors among young adults: evidence from a UK cohort study