Pedro Sánchez ha salvado este miércoles dos iniciativas clave en una votación loca y de infarto en el Congreso de los Diputados. El Gobierno ha conseguido que Podemos haya aprobado el decreto ley de embargo de armas a Israel y también que avalara con una abstención la ley de Movilidad Sostenible. La moneda de cambio ha sido una mayor exigencia medioambiental en la ampliación de El Prat. La formación morada asegura que ha conseguido "paralizar hasta 2031" las obras. En un comunicado, informan de que el Ministerio de Transportes acepta no incluir esta ampliación en el DORA III. Sin embargo, el ministro Óscar Puente ha aseverado en una rueda de prensa posterior que "el acuerdo no supone ninguna variación en los plazos". Ha insistido en que las obras ya estaban contempladas para ejecutarse después del DORA III; es decir, en el DORA IV.
Ambas partes sí que reconocen que con el acuerdo el Ministerio estará obligado a elaborar un informe vinculante y cualquier proyecto para El Prat deberá cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de la Directiva europea Fit for 55, que fija una reducción de emisiones del 55% para 2030 y la neutralidad climática para 2050".
La gran medida estrella de esta ley de Movilidad Sostenible es que se prohíben los vuelos cortos cuando hay una alternativa en tren inferior a las dos horas y media de trayecto, excepto en los casos con aeropuertos que enlazan con rutas internacionales. La alta velocidad Barcelona-Madrid supera por poco este tiempo, de manera que el puente aéreo entre las dos grandes ciudades del estado español queda intacto. El espíritu de la norma, por lo tanto, es potenciar los trayectos en autobús o tren por delante del avión. El Ministerio de Transportes se compromete a realizar estudios sobre las mejoras que comportaría reducir vuelos cortos.
La propuesta también contempla que las empresas de más de 500 trabajadores o con más de 250 en un turno elaboren planes de movilidad sostenible. También obliga a las gasolineras a tener puntos de recarga para vehículos eléctricos. Y una de las enmiendas que consiguió incorporar el PSOE durante la ponencia era que el Gobierno tuviera derecho a expropiar terrenos con carácter de urgencia con el fin de desarrollar infraestructuras de transporte.
Una votación loca y de infarto
El Congreso de los Diputados ha vivido una votación loca. A quien recuerde el caso de Alberto Casero —aquel diputado del PP que en la anterior legislatura se equivocó votando y permitió así la reforma laboral del gobierno español— le resultará familiar la historia vivida este miércoles en la cámara baja. Dos diputados de diferentes bloques se han ausentado de la votación. Primero ha corrido la noticia de que el diputado popular Guillermo Mariscal no había asistido al Pleno porque se está casando en el extranjero. Eso permitía la aprobación de la ley de movilidad sin necesidad de acuerdo con Podemos.
Miembros de la sala de máquinas de la Moncloa se burlaban en los pasillos del Congreso en conversación informal con ElNacional.cat sobre esta ausencia. Explicaban que ya sabían sobre la situación del diputado del PP desde el lunes, pero que han permanecido en silencio hasta el día de la votación. Mientras tanto, a pesar de todo, han negociado para conseguir el apoyo de Podemos a la ley. “Porque siempre preferimos ganar por cinco goles de diferencia y no por solo uno”, argumentan estas mismas fuentes.
El grupo parlamentario de Alberto Núñez Feijóo había pedido que este diputado pudiera votar de forma telemática, pero la Mesa lo rechazó con el argumento de que no se puede conceder este derecho si el motivo de la ausencia es voluntario y por motivos personales. Pero fuentes del PP lamentan que el reglamento debería haberse interpretado de una forma más laxa, y denuncian que al diputado socialista José Gómez de Celis se le permitió el pasado mes de mayo votar telemáticamente cuando fue a ver un partido del Betis. Pero después se ha visto en las pantallas del hemiciclo que había un diputado del PNV que tampoco estaba votando. Se trataba de Mikel Legarda, que no ha asistido al Congreso porque está enfermo.
El Congreso convalida el embargo de armas a Israel
Sea como sea, y después de días mareando la perdiz, Podemos ha decidido avalar el decreto del Gobierno que consolida el embargo de armas a Israel. El Congreso lo ha convalidado con los votos de los socios habituales del ejecutivo de PSOE y Sumar: Junts per Catalunya, Esquerra Republicana, Bildu, PNV, BNG, Coalición Canaria y Podemos. Ha salido adelante con 178 votos a favor, 169 en contra y una abstención. Los morados han aprobado el texto pese a insistir en que se trata de un "embargo fake". Fuentes de esta formación justifican haber alargado la agonía hasta el último minuto señalando que de este modo "ahora toda la población sabe que el embargo no es real". "La culpa de que no haya un veto de verdad no será nuestra, sino del Gobierno", rematan.
El punto más polémico del decreto —aquel que hizo que ERC y BNG también tardaran en avanzar el sentido de su voto— es que el Gobierno se reserva la posibilidad de acordar excepciones puntuales en este embargo con la excusa de si la ‘seguridad nacional’ se encuentra en riesgo. La razón por la cual Podemos ha mareado tanto la perdiz con una cuestión tan delicada la han dejado caer en privado a este periódico fuentes de la dirección del partido.
Argumentan que Pedro Sánchez había sido hábil en los últimos meses en su posicionamiento ante la causa Palestina, como por ejemplo la decisión de hablar de “genocidio” y el anuncio de enviar un barco militar para apoyar a la Flotilla. Pero creen que en la última semana los socialistas han errado en algunos momentos. Ven una ventana de oportunidad para erigirse en verdaderos paladines de Palestina tras la decisión del presidente español de celebrar la propuesta de paz pactada entre Donald Trump y Benjamin Netanyahu, o el hecho de haber abandonado el grupo de barcos humanitarios una vez se adentraban en aguas controladas por Israel.