Una tendencia de comidas de mínimo esfuerzo llamada "cena de chicas" se ha apoderado de TikTok y ha dividido a la gente. En los últimos dos meses, las mujeres han estado compartiendo en TikTok tablas de embutidos y platos de aperitivos visualmente agradables, con pan, queso, aceitunas, encurtidos, frutos secos y frutas y verduras de colores. El hashtag #girldinner tiene ya más de 150 millones de visitas en la plataforma.
Sin embargo, no todo el mundo ve con buenos ojos esta tendencia. Algunos TikTokers creen que el énfasis en los aperitivos para la cena puede conducir a una alimentación desordenada.
"Las cenas de chicas están generando pensamientos negativos en torno a la comida, y he aquí por qué", comentó la usuaria de TikTok Lexie Firment. "La cena de chicas está configurada como si, literalmente, las chicas estuvieran comiendo platos de aperitivos para cenar con, por ejemplo, cuatro galletas saladas, dos trozos de jamón, cinco pepinillos y tal vez algunas aceitunas. Lo que realmente falta es sustancia y calorías".

En los últimos dos meses, las mujeres han estado compartiendo en TikTok tablas de embutidos y platos de aperitivos visualmente agradables
Y continuó: "Y aunque está muy bien ver que estas chicas comen de verdad, no están comiendo per se lo suficiente. Al menos esa es mi opinión. No tengo formación en dietética nutricional, pero vengo de un trastorno de la conducta alimentaria que me costó la vida".
Desórdenes alimenticios
Quizás uno de los mayores riesgos de las redes sociales es el hecho de que las personas puedan seleccionar lo que comparten con sus seguidores, porque, al hacerlo, se pierde la noción de la realidad.
Algunos expertos señalan que en estos tipos de tendencias, los mayores riesgos constan de incentivar a que otras personas hagan lo mismo, o esconder o minimizar lo que se come en realidad para caer dentro de una norma, o también llegar a extremos y fomentar, por ejemplo, comer solo una lata de choclo, como se ve en algunos videos de Girl Dinner. Siempre tenemos que recordar que cuando estamos detrás de un dispositivo, no sabemos quiénes más están detrás de él. No sabemos quién es la audiencia que nos está viendo, si son niños/niñas, adolescentes, adultos/adultas, personas que presentan enfermedades o factores de riesgo, o directamente personas que estén cursando un trastorno de conducta alimentaria.

Si bien esta tendencia ha permitido mostrar una imagen liberada de la expectativa de la alimentación de la mujer en la vida cotidiana, también tiene ciertos riesgos dependiendo de quién sea el receptor del mensaje. Puede activar preocupaciones, comparaciones, inseguridades y una visión errada sobre lo que es una alimentación sana en personas que estén vulnerables a desarrollar desórdenes en su conducta alimentaria o tengan ya una relación difícil con la comida, según comentan voces expertas.