La jueza de Huesca que instruye la causa del retorno de las obras de Sijena a Aragón rechaza los recursos del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) sobre el riesgo de destrucción de las obras si son manipuladas y obliga a ejecutar de manera "definitiva" la sentencia en un plazo de siete meses o que, en su defecto, el patronato del museo aporte un plan alternativo de calendarización del retorno en un plazo de diez días. La resolución es firme y la magistrada señala que no cabe recurso. Así, antes de acabar febrero de 2026, Catalunya deberá devolver las pinturas murales de Sijena a Aragón, y pasarán del MNAC, donde están expuestas ahora, a restituir la Sala Capitular del Monasterio de Villanueva de Sigena.
Después de años de periplo judicial, en una cuestión que se ha convertido en cuestión de estado en Catalunya para defender el patrimonio que considera suyo, la magistrada afianza el fallo en favor del gobierno del Aragón que ya confirmó el Tribunal Supremo este mayo. Los técnicos del Ejecutivo aragonés, que ahora preside el popular Jorge Azcón, podrán acceder a las salas 16 y 17 del MNAC durante el tiempo que sea necesario para ejecutar las tareas, estando los dos espacios cerrados al público. El museo también está obligado a dar toda la información relativa a la conservación de las obras y a las condiciones ambientales de la sala —temperatura y humedad relativa— para garantizar su "seguridad".
El MNAC avisa del peligro para la integridad de las pinturas
El MNAC ha defendido a lo largo de los últimos meses ante el juzgado que existe una "incapacidad técnica" para llevar a cabo el traslado de las obras en los plazos que marca la ley "sin ponerlas en riesgo". El museo sostiene que existe riesgos extraordinarios por la integridad de las pinturas murales si se someten al movimiento que implica el traslado a Aragón, dado que extraerlas del ambiente de preservación en que se encuentran podría hacer que se desmenuzaran. La fragilidad de las pinturas viene condicionada por el incendio que sufrieron el año 1936 en Sijena. Ahora mismo, lo que hay son restos calcinados que tienen un grosor máximo de un milímetro, arrancados con una técnica denominada strappo, y montados encima de un soporte de madera sobre una tela. Por todo ello, el museo no habla de un mural sino de un artefacto formado por varias capas.
Aragón solicitó la ejecución forzosa
El gobierno de Aragón, que preside el popular Jorge Azcón, presentó el 27 de junio en el Juzgado Civil de Primera Instancia e Instrucción número 2 oscense la solicitud de ejecución forzosa de la sentencia que ordena el retorno de las pinturas murales. Una vez vencido el plazo de entrega voluntario en que el Museu Nacional d'Art de Catalunya tenía que devolver los bienes, el Ejecutivo aragonés ha hecho esta petición al juzgado para llevar a cabo la ejecución forzosa de la resolución judicial. Azcón aseveró que las pinturas tenían que volver "a las buenas o a las malas".