Parece que la paciencia del Pentágono con United Launch Alliance ha llegado a su punto de ruptura. Al menos eso es lo que reflejan las duras palabras de Stephen G. Purdy, secretario adjunto en funciones del Ejército del Aire para Adquisiciones Espaciales, durante una comparecencia escrita ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
El Pentágono pierde la paciencia con United Launch Alliance
Durante el testimonio del secretario adjunto, publicado por escrito el pasado 14 de mayo, este asegura que "el programa Vulcan de la ULA ha tenido un desempeño insatisfactorio durante el último año". El documento es un fiel reflejo de la creciente preocupación dentro de las Fuerzas Armadas, respecto a la fiabilidad de uno de sus principales socios espaciales.
Después de múltiples aplazamientos, y más de mil millones de euros en contratos de desarrollo, el cohete Vulcan continúa sin cumplir la promesa de reemplazar con solvencia a los ya retirados Atlas V y Delta IV Heavy. Las consecuencias ya empiezan a ser temibles: cuatro misiones críticas para la seguridad nacional aun sin levantar el vuelo y un calendario del Comando Espacial que se tambalea.
Según la información publicada en Ars Technica, el subsecretario Frank Calvelli envió hace un año una carta a United Launch Alliance advirtiendo de su creciente preocupación por la capacidad de la empresa para escalar la producción y cumplir con los requisitos acordados con el ejército de Estados Unidos. A día de hoy, más de una veintena de misiones esperan su turno.
Pero no creas que esto no ha tenido ya consecuencias. Si haces memoria, recordarás que el pasado mes de abril, el Pentágono anunció que SpaceX se haría cargo de la mayoría de sus próximos lanzamientos, lo que rompería un ciclo histórico de casi dos décadas de liderazgo de ULA. Ahora, por tanto, la Fuerza Aérea se ve casi obligada a depender de la compañía de Elon Musk y de sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy.
En todo caso, Stephen G. Purdy ha reconocido que Vulcan fue certificado para lanzamientos militares el pasado 25 de marzo de 2025, aunque advirtió que aún queda trabajo por hacer. El primer vuelo militar, la misión USSF-106, no despegará antes de julio y aún está sujeto a una revisión de preparación final que podría retrasarlo más. La advertencia está clara: o se mejora la gestión o el futuro de ULA con el Pentágono está en el aire.