El PSOE y Sumar celebrarán este viernes una reunión para estudiar el escenario en el que se encuentra la legislatura y la salud del Gobierno de coalición. Es una petición del socio minoritario después de que hayan aparecido nuevas tramas de corrupción que afectan a los socialistas y también hayan aparecido denuncias por acoso sexual y laboral tanto en la Moncloa como dentro del PSOE. La vicepresidenta segunda del ejecutivo, Yolanda Díaz, pidió también una “remodelación profunda” de ministros, pero Pedro Sánchez ha rechazado esta petición. Sí que ha accedido a la reunión. El mismo presidente socialista ha intentado este jueves suavizar la tensión con buenas palabras para los yolandistas. Y ha hecho lo mismo la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que ha confiado en que llegue a buen puerto la reunión del viernes; todavía sin hora ni lugar confirmados de forma pública. La remodelación del ejecutivo, sin embargo, sigue descartada.

En Bruselas, a su llegada a la reunión del Consejo Europeo, Sánchez ha puesto énfasis en la agenda compartida de las dos formaciones que componen el Gobierno y la importancia de mantener una acción de ejecutivo progresista hasta 2027, cuando la legislatura llega a su límite. El líder socialista ha reconocido que existen “discrepancias” entre socios, “dos organizaciones con una cultura diferente”. Ahora bien, ha destacado que hay “muchas cosas que unen” a ambas formaciones, como “la hoja de ruta de avances que estamos implementando en estos siete años de gobierno”. Ha citado como ejemplo que en estos momentos la coalición está en plena negociación con los agentes sociales para un nuevo incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) “que beneficiará a millones de trabajadores y trabajadoras en nuestro país”. Y ha destacado que el ejecutivo tiene enfrente una oposición “absolutamente destructiva que vota en contra de políticas beneficiosas para los ciudadanos y sus administraciones”.

Montero, por su parte, ha asegurado que la relación PSOE-Sumar "siempre es muy fluida". Así, se ha mostrado confiada en que este viernes se pondrán "de acuerdo" en la reunión que mantendrán representantes de ambas formaciones. En una atención a medios antes de presidir una reunión del PSOE andaluz en Sevilla, la vicepresidenta primera del Gobierno también ha destacado que hay "muchas más cosas que comparten" respecto de las que "discrepan". Dicho esto, ha considerado "normal" que, ante "situaciones" como las que recientemente "han afectado" al PSOE —una tormenta de casos de presunta corrupción y diversas denuncias de militantes y trabajadoras por acoso sexual—, aquellos partidos "que secundan habitualmente la iniciativa legislativa se preocupen y exijan explicaciones".

Sánchez limita el recambio de ministros a las candidatas Alegría y Montero

La también ministra de Hacienda, sin embargo, ha vuelto a mostrar cuál es la actual línea roja. Ha recordado que una remodelación del Gobierno es competencia exclusiva del presidente y que esto no se producirá. La intención de Sánchez, de hecho, es limitarse a tener que sustituir solo a dos ministras. Una de ellas será en los próximos meses la propia Montero, cuando se convoquen las elecciones en Andalucía. Porque ella será la candidata del PSOE en esta autonomía.

Antes deberá producirse el relevo de la ministra de Educación, Pilar Alegría, que también ha ejercido como portavoz y este martes ofreció su última rueda de prensa desde el palacio de la Moncloa. Es candidata de los socialistas a las elecciones aragonesas del 8 de febrero. Todavía no se ha hecho público quién la sustituirá, pero Sánchez confirmó esta misma semana en conversación informal con periodistas que será una mujer; sobre todo ahora que a los socialistas les llueve sobre mojado con los escándalos de acoso sexual.

Díaz cree que “continuar así” alimenta a Vox, y Sánchez culpa a la oposición

Este miércoles, también en conversación informal con periodistas, el entorno de Díaz advertía que “continuar así” alimenta a Vox, un partido que está en auge según el consenso de todas las encuestas demoscópicas. La vicepresidenta segunda confía en que el presidente acabe asumiendo la necesidad de mover ficha tras los últimos escándalos que afectan a los socialistas. Pero este jueves, Sánchez ha echado balones fuera y ha opinado que “el crecimiento demoscópico de la ultraderecha es fruto del blanqueamiento que le hace la derecha política y mediática desde hace siete años” y no tiene “nada que ver con la acción del Gobierno”.