Nuevo paso adelante del gobierno español en la implantación de su agenda de memoria democrática. El Ministerio de Cultura iniciará los trámites para eliminar otras cuatro fundaciones que están vinculadas con la dictadura franquista. Así lo ha anunciado este martes el ministro Ernest Urtasun durante su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso: “Un gobierno democrático debe exigir, siempre y en todo momento, verdad, reparación y justicia, y así lo hemos hecho y lo haremos, de la mano de la ley”. Además de la ya extinta Fundación Nacional Francisco Franco el pasado 31 de octubre y de acuerdo con la ley de fundaciones y la ley de memoria democrática, ahora se suman cuatro fundaciones más a las que ya se les ha abierto un procedimiento. Estas son la Fundación José Antonio Primo de Rivera, la Fundación Blas Piñar, la Fundación Privada Ramón Serrano Suñer y la Fundación Pro Infancia Gonzalo Queipo de Llano.
“Un gobierno democrático, digno de tal nombre, no puede permitir que el olvido de todo lo que ha pasado en este país se infiltre en nuestra memoria colectiva y la desintegre”, ha apuntado Urtasun ante la Comisión en la semana en que se cumplen 50 años de la muerte del dictador. El proceso para ilegalizar esta fundación arrancó en junio de 2024, cuando Cultura abrió un periodo de actuaciones previas para obtener información y elementos de juicio destinados a motivar el inicio del procedimiento. Lo hizo el departamento de Urtasun, ya que de él depende el Protectorado de Fundaciones, organismo al que corresponde instar judicialmente la extinción.
Fundación José Antonio Primo de Rivera
La fundación dedicada a José Antonio Primo de Rivera preserva la memoria del fundador de Falange Española, movimiento fascista creado en 1933 y base ideológica del franquismo. Hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, José Antonio defendió un estado autoritario y antidemocrático y fue convertido en mártir por el régimen tras su fusilamiento en 1936. La fundación mantiene y difunde su legado desde una perspectiva habitualmente laudatoria, hecho que entra en conflicto con la ley de memoria democrática, que prohíbe la exaltación de dirigentes de la dictadura.
Fundación Blas Piñar
Blas Piñar fue una de las principales figuras de la ultraderecha franquista y un firme defensor del régimen incluso después de su fin. Fundador del partido Fuerza Nueva, se opuso frontalmente a la democracia y a la Constitución de 1978. La fundación que lleva su nombre trabaja para preservar y divulgar su pensamiento político y religioso, basado en el nacionalcatolicismo y la defensa del franquismo. Por ello, el Estado considera que su existencia contribuye a mantener viva la nostalgia del régimen y vulnera los principios de la memoria democrática.
Fundación Privada Ramón Serrano Suñer
Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco, fue uno de los políticos más influyentes del primer franquismo, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación y responsable de políticas represivas y de alianza con las potencias fascistas. La fundación en su nombre conserva documentación y promueve actividades relacionadas con su figura. Aunque se presenta como una entidad cultural, el hecho de homenajear a un dirigente fundamental de la dictadura colisiona con la normativa que impide exaltar a personas vinculadas al régimen franquista.
Fundación Pro Infancia Gonzalo Queipo de Llano
La fundación vinculada a Queipo de Llano lleva el nombre de uno de los generales más crueles de la represión franquista, responsable de masacres y fusilamientos masivos en Andalucía y famoso por sus discursos radiofónicos incitando a la violencia. A pesar de que la fundación se define como una entidad de ayuda a la infancia, su vinculación simbólica con el general y su origen en plena dictadura la sitúan fuera de los límites que establece la ley de memoria democrática, que prohíbe mantener instituciones que honren a responsables directos de la represión. Está enterrado en la basílica de la Macarena de Sevilla, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
