El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha instado a los países aliados a prepararse para una guerra a gran escala, similar a las que lucharon "nuestros abuelos y bisabuelos". En un discurso en un evento de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el ex primer ministro neerlandés ha alertado que el “próximo objetivo” del presidente de Rusia, Vladímir Putin, es la alianza atlántica, y que está muy cerca de usar "la fuerza militar". "Con su economía de guerra, Rusia podría estar lista para utilizar la fuerza militar contra la OTAN en un plazo de cinco años", ha señalado durante su visita a Alemania.

Según Rutte, el Kremlin "ha traído la guerra de vuelta a Europa", lo que debe llevar a los Estados miembros de la OTAN a "imaginar" un contexto similar al de las guerras mundiales que asolaron Europa durante la primera mitad del siglo XX. El líder de la Alianza Atlántica considera que la violencia podría llegar "a cada hogar, cada puesto de trabajo" y que el Viejo Continente podría quedar marcado por la "destrucción, el reclutamiento masivo y millones de desplazados". Este escenario "terrible" con "sufrimiento generalizado y pérdidas extremas" se puede evitar si los miembros de la OTAN cumplen sus compromisos y se refuerzan militarmente y apoyan a Ucrania para que no caiga en manos de Putin, ha dicho el neerlandés.

La clave, sostiene la cabeza de la OTAN, es frenar a Rusia desde Ucrania. Solo fortaleciendo Kyiv se podrá frenar a las tropas de Moscú. "Imaginen por un momento que Putin se saliera con la suya. Ucrania bajo la bota de la ocupación rusa. Sus fuerzas presionando contra una frontera más larga con la OTAN y un riesgo significativamente mayor de un ataque armado contra nosotros", ha argumentado. Si esto ocurriera, la Alianza Atlántica se vería obligada a realizar “un cambio colosal” en su postura de disuasión y defensa, y debería “aumentar sustancialmente su presencia militar a lo largo del flanco este” con un aumento del gasto militar y la producción de defensa.

Un gasto disparado

Rutte ha afirmado que el debate actual sobre el gasto en defensa entre los Estados miembros de la OTAN sería insignificante comparado con la cifra en contexto de guerra, la cual "crecería enormemente". "Los aliados europeos añorarían los días en los que el 3,5% del PIB destinado a la defensa básica era suficiente", ha dicho el ex primer ministro neerlandés, que ha alertado de "decisiones dolorosas" si Putin atacara. Sería una era, pues, que estaría marcada por "presupuestos de emergencia, recortes del gasto público, perturbaciones económicas y una presión financiera aún mayor", ha dicho Rutte antes de recalcar que "las fuerzas oscuras de la opresión vuelven a avanzar".

Rutte ha insistido en que Europa debe tener "absolutamente claro" que será "el próximo objetivo de Rusia" y que "ya está en peligro", tras recordar la creciente campaña de amenazas híbridas y sabotajes que enfrentan a países como Polonia o los bálticos. Ante esto, ha reclamado que "el momento de actuar es ahora" para elevar el gasto y la producción armamentística, al tiempo que garantizar que Ucrania cuente con todo lo que necesita para defenderse. En un momento de negociaciones para detener la guerra en Ucrania, ha denunciado que Putin "solo juega el papel de pacifista cuando le conviene" y ha valorado que los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacen que se ponga a prueba al mandatario ruso sobre sus verdaderas intenciones. "Él es el único que puede llevar a Putin a la mesa de negociación. Así que pongámoslo a prueba. Veamos si realmente quiere la paz o si prefiere que la masacre continúe", ha sentenciado Rutte.