La penúltima jornada del juicio del fiscal general del Estado, a la espera de la declaración de Álvaro García Ortiz, ha estado marcada por la presencia de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Han comparecido como testigos y como peritos doce agentes que participaron en el registro del despacho del fiscal general del Estado y de la fiscal jefa provincial de Madrid y que elaboraron, entre otros, los informes que concluyeron que Álvaro García Ortiz había tenido un papel “preeminente” en la filtración del correo en el que Alberto González Amador reconocía que había cometido dos delitos fiscales y que corroboraron que borró sus mensajes de WhatsApp el día que el Supremo abrió una causa contra él. “Muestra un modus operandi de recabar información y presuntamente filtrarla y durante todo el proceso se ve un dominio a todos los niveles del fiscal general del Estado”, ha verbalizado el teniente coronel Antonio Balas, que ha aludido a la “participación directa” de Álvaro García Ortiz.

“Tiene una serie de colaboradores, se ve el dominio y la jerarquía, no solo dentro de la Fiscalía General del Estado, sino también en los diferentes niveles, a nivel autonómico y provincial”, ha añadido. Y el fiscal que lo estaba interrogando lo ha corroborado: “Somos un cuerpo jerarquizado, naturalmente”. En otro momento, los agentes han aludido al borrado íntegro del móvil que hizo el fiscal general del Estado: “No pudimos recuperar los mensajes que habrían sido de interés para la investigación”. Asimismo, ha hecho una defensa de la labor de la Guardia Civil: “Nosotros no hacemos investigaciones prospectivas y, evidentemente, la instrucción se concentra en personas sobre las que hay indicios de propósito, oportunidad y disponibilidad. Había un elenco de personas que se fueron decantando hasta una concreta”.

La UCO también apunta a la Moncloa: “Hubo dos filtraciones”

En otro momento, uno de los agentes ha esgrimido que hubo “dos filtraciones”. La primera fue el “entrecomillado” del correo del 2 de febrero que publicó la Cadena SER el 13 de marzo a las 23.51 horas. Ayer, en su declaración como testigo, el periodista que firmó la información, Miguel Ángel Campos, aseguró que vio el correo en la pantalla del ordenador de su fuente ese mismo día alrededor de las tres y media de la tarde. De hecho, la UCO ha cuestionado y contradicho la versión del periodista (que dijo que no había conseguido hablar con el fiscal general del Estado), escudándose en el hecho de que en el registro de llamadas aparecieron cuatro segundo: “En ningún otro caso ha aparecido otra cosa que no sea cero. Con cuatro segundos, se ha establecido comunicación”.

La segunda filtración fue de “todo el correo en sí”, de “todo el documento completo” y llegó por “otro circuito” y con “otro propósito que no es el mismo que se persigue en el primero”. “Entendemos que esto va por otra vía”, ha añadido. En relación con la segunda, la Guardia Civil ha apuntado en dirección a la Moncloa, dado que fue Pilar Sánchez Acera (que era la mano derecha del jefe de gabinete de Pedro Sánchez) quién envió la captura de pantalla del correo a Juan Lobato (que era el líder del PSOE de Madrid). “Lo que es llamativo es que Lobato se da cuenta de que publicar un correo con esos datos personales sin que previamente esté en los medios de comunicación puede llegar a incurrir en una irregularidad”, ha relatado el agente de la UCO. Y ha concluido que fue la publicación de la Cadena SER la que “posibilitó” que el día siguiente se pudiera difundir la nota de prensa.

“Me dijo que había destruido el móvil”

Los agentes de la UCO también han dado detalles sobre el registro que hicieron el 30 de octubre de 2024 en el despacho del fiscal general del Estado. “Él nos comunicó que había cambiado recientemente de móvil y le pedí si me podía dar el anterior y me dijo que lo había destruido”, ha relatado uno de los agentes que ha comparecido como perito. Ahora bien, todos los agentes han reconocido que Álvaro García Ortiz admitió desde el principio que había cambiado recientemente de móvil y puso de su parte para posibilitar el registro. “Ningún problema, de hecho”, ha admitido uno de los peritos. “¿Dio todas las contraseñas que le pidieron o se resistió?”, les han preguntado. “La colaboración fue total durante el registro”, ha contestado. Y sus predecesores se han expresado en la misma línea. “Estuvieron colaboradores, facilitaron el PIN del teléfono y alguna gestión posterior, mantuvo una colaboración activa”, había señalado el primer agente. “Colaborador en todo momento”, había añadido el segundo.

 

“Cuando se hace volcado, es inviable hacer una selección previa”

Otro de los puntos que ha estado insistentemente encima de la mesa durante los interrogatorios ha sido el alcance del volcado de la información de los dispositivos electrónicos del fiscal general del Estado. De forma recurrente, la defensa de Álvaro García Ortiz ha puesto en duda la actuación de la UCO y ha denunciado que se excedió en la copia de la información. Sin embargo, los agentes han alegado que era materialmente imposible circunscribirla solo al periodo que iba del 8 de marzo al 30 de octubre, que es lo que había pedido el juez instructor, y que primero copiaron toda la información y después, en la fase de análisis, hicieron un “expurgo”. “Las herramientas forenses no permiten hacer una selección antes de un procesado”, ha argumentado uno de los agentes. “La información es tanta que revisar los archivos es inviable por tiempo, el volcado se hace de toda la información porque técnicamente es imposible filtrar por fechas”, ha añadido otro.

 

“Si se pudiera haber hecho ese filtro, entiendo que hubiéramos hecho la descarga de la parte temporal. Había que hacer eso [acatar el límite temporal] en la medida de lo posible, pero si técnicamente no se puede, hicimos lo que hicimos”, ha insistido un tercero. “Es que es imposible, tendríamos que estar semanas para poder hacer ese filtrado”, ha insistido otro. Él mismo ha justificado su actuación: “En toda entrada y registro, cuando se hace el volcado, es inviable hacer una selección previa. Cuando hay mucha cantidad de información, se intentan evitar carpetas que no tengan que ver con documentación. […] Yo no sabía lo que se estaba buscando. A mí me dicen que necesitan tipos de documentos y voy a la estructura de carpetas que hay tipos de documentos”. “En el auto, había un rango de tiempo que interesaba, pero técnicamente es inviable”, ha concluido el último.