¿La legislatura se encuentra en vía muerta? ¿Se puede seguir gobernando en minoría? ¿Cómo piensa seguir gobernando? Son las preguntas que se le hicieron a Pedro Sánchez este viernes en una rueda de prensa en Brasil. El presidente del Gobierno viajaba el jueves hacia Latinoamérica para participar en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático justo cuando Junts per Catalunya materializaba su ruptura total con los socialistas: los independentistas han presentado enmiendas a la totalidad a todas las leyes de PSOE y Sumar que ha podido y no votarán a favor de todas aquellas normas que están terminando su trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados. Harán lo mismo con todas aquellas iniciativas que está a punto de aprobar el Consejo de Ministros. La respuesta del máximo líder socialista es, en abierto, muy inconcreta: agotar el mandato con “convicción, capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos, comprensión y no imposición”. La que trasladan fuentes de la sala de máquinas de la Moncloa a este periódico está más definida: enrocarse y engrasar la campaña electoral de las próximas elecciones generales.

“Cuando hay división de poderes, una cosa es gobernar y la otra legislar; una cosa es el legislativo y la otra el ejecutivo”, señalan estas fuentes cuando se les pregunta si pueden mantener viva la legislatura en caso de que Junts per Catalunya cumpla su promesa del ‘no a todo’. En primer lugar, los socialistas confían en que los independentistas sí acabarán aprobando algunas medidas que tengan que ver, por ejemplo, con cuestiones como la revalorización de las pensiones. Cuando se les mencionan iniciativas importantes para el Gobierno como la ‘ley Bolaños’ o la ‘ley Begoña’, estas fuentes admiten que hay iniciativas que ya tienen asumidas desde hace meses que son complicadas de aprobar.

Esta filosofía de seguir adelante sea como sea no es nueva; no nace con la ruptura total de Junts con el PSOE de esta semana. Este viernes, Sánchez insistió por enésima vez que tiene intención de presentar los presupuestos generales del Estado de 2026 en el Congreso de los Diputados, pero que pretende continuar gobernando aunque no consiga aprobarlos. Hoy por hoy, todo apunta a que, dure lo que dure, Sánchez pasará toda una legislatura sin aprobar unas nuevas cuentas.

 

Superada la mitad de la legislatura, Sánchez se prepara para engrasar la campaña electoral

La Moncloa enmarca la decisión de Junts per Catalunya de romper con el PSOE en “las normas del juego”. Señalan que los independentistas son conscientes de que ya se ha superado el ecuador de la legislatura y que les conviene tomar distancia con el Gobierno de cara a las próximas elecciones generales. Y, de la misma manera, explican que los socialistas hacen una lectura similar: ya se encuentran en una semicampaña electoral que se intensificará en los próximos meses cuando se celebren las elecciones autonómicas de Castilla y León, Extremadura y Andalucía, y se redoblará a partir de septiembre de 2026, cuando Sánchez encare los últimos meses del actual mandato.

La intención del presidente del Gobierno, explican estas fuentes, es erigirse en paladín de las políticas de izquierdas. Por ejemplo, cuando Junts per Catalunya sumó sus votos a los de PP y Vox hace unas semanas para tumbar la reducción de la jornada laboral de las 40 a las 37,5 horas semanales, uno de los lemas de PSOE y Sumar era que perdía en el Congreso pero había “ganado la calle”. La filosofía se repite con la iniciativa para blindar el aborto en la Constitución. Los socialistas ya saben que no saldrá adelante. Porque necesitan tres quintas partes del Congreso para sacarlo adelante y el PP se opone a ello. Pero le sirve para mantener viva la guerra cultural, con el convencimiento de que esta batalla le hace ganar apoyo con el electorado. Pasará ahora lo mismo —dicen estas fuentes de la Moncloa— si Junts tumba este tipo de políticas con PP y Vox. 

El catalán y la multirreincidencia, los tímidos gestos de Sánchez

Desde que Míriam Nogueras advirtió a Sánchez de que había llegado “la hora del cambio”, el presidente español ha estado gesticulando tímidamente para, sin éxito, intentar calmar a Junts. En un primer momento, los gobiernos español y alemán emitieron un comunicado anunciando la creación de una mesa de diálogo para negociar la oficialidad del catalán en la Unión Europea. El ejecutivo de Friedrich Merz, sin embargo, remarcó más tarde que su posición "no ha cambiado" y recordó que "la adopción de nuevas lenguas oficiales requeriría modificar los tratados europeos". Por otro lado, en respuesta a una pregunta del PNV el pasado miércoles, Sánchez se comprometió a desbloquear la ley contra la multirreincidencia de Junts. Y ya se ha convocado en el Congreso la ponencia para el próximo miércoles, donde se deberán empezar a debatir las enmiendas a puerta cerrada.

Además del catalán en Europa y de la multirreincidencia, entre las carpetas que no se desencallan desde hace meses, hay elementos como la aplicación total de la ley de amnistía, la delegación de las competencias en inmigración o la reforma de la ley contra las ocupaciones. Junts sí votará a favor de iniciativas que están en trámite y en las que socialistas y juntaires ya habían llegado a un acuerdo para sacarlas adelante. En el Congreso de los Diputados hay tres que están en trámite: son la ley de economía social, la ley de atención a la clientela y la ley del cine. También votarán a favor —cuando el Senado la devuelva al Congreso— de la ley de movilidad sostenible. Y darán su luz verde a la convalidación de un real decreto ley sobre enfermos de ELA.