Una delegación de Junts per Catalunya y otra del PSOE se reunieron este jueves en Suiza, tal como se ha producido cada mes desde el Acuerdo de Bruselas que llevó a Pedro Sánchez a volver al frente del Gobierno. Según ha podido saber El Nacional.cat, los juntaires, con Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras al frente, trasladaron a los socialistas, con el expresidente Zapatero y el diputado Juan Francisco Serrano como representantes, su malestar por la situación "de incumplimientos" del Acuerdo. De hecho, los juntaires, con el verificador internacional formando parte del encuentro, volvieron a insistir en el hecho de que no hablarían de los presupuestos estatales, a pesar de la petición del mismo Zapatero. Para analizar el encuentro, el president Puigdemont ha convocado el secretariado Permanent -la cúpula del partido- este mismo lunes. Los dos partidos, además, se han reunido después de que Junts haya tumbado en el Congreso la reducción de la jornada laboral y la creación de la oficina anticorrupción, dos leyes claves exigidas para Sumar, la formación de la vicepresidenta Yolanda Díaz.
La lista de los "incumplimientos"
Los juntaires piden primero el cumplimiento de los acuerdos y los compromisos que han adquirido estos casi dos años de relación, como el aval a la delegación de las competencias en inmigración a la Generalitat y que el próximo martes afrontará su votación, aunque todo apunta que no saldrá adelante por la negativa de Podemos, quien considera esta ley de "racista". De hecho, con Podemos, las relaciones a estas alturas son nulas y no hay contactos, ni con Ione Belarra ni con Irene Montero. "No quieren hablar", aseguran fuentes juntaires.
Uno de los otros incumplimientos que consideran los juntaires es con la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Para que salga adelante necesitará el voto favorable de los 27 estados de la Unión Europea y, a estas alturas, no tienen el aval. Precisamente, este jueves por la noche, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió con el canciller alemán, Friedrich Merz, y una de las cuestiones que pidió fue esta. "He tenido la ocasión de poder trasladar al canciller la posición del Gobierno, que es pública y notoria y requiere la unanimidad de los 27 Estados miembros; hace cuarenta años que lo esperamos y queremos conseguirlo en un momento no muy lejano", decía Sánchez al líder conservador alemán, que es uno de los estados reticentes. "Entiendo el interés, pero ya veremos cómo se resuelve", apuntó Merz en una respuesta en la cual ha confiado en que con la inteligencia artificial se pueda resolver esta cuestión.
Al mismo tiempo, también hay la cuestión del boicot de la cúpula judicial a la aplicación de la ley de amnistía, a la espera de que el Constitucional resuelva la petición de la cautelar al president en el exilio, Carles Puigdemont. Otras carpetas que los juntaires consideran calientes es que la reforma para el endurecimiento de la multirreincidencia siga en un cajón en el Congreso de los Diputados. Con respecto a los presupuestos, los juntaires reclaman el cumplimiento de los anteriores, enviando un "cheque" a la Generalitat del presupuesto no ejecutado en Catalunya antes de empezar a hablar.
Junts "tomará decisiones" en otoño, con el debate de política general como primer examen
También hay malestar de los juntaires con la actitud del president de la Generalitat, Salvador Illa. Y es que consideran que las cuestiones que se tratan, se hablan y se acuerdan en Suiza tienen otra versión cuando llegan al Parlament de Catalunya. De hecho, este mismo malestar fue trasladado al president Illa por parte del mismo Puigdemont en la reunión del pasado 2 de septiembre. Por eso, los juntaires han vinculado el próximo debate de política general en el Parlament del 7 y 9 de octubre a la estabilidad de Pedro Sánchez, instando a los socialistas a votar a favor de sus propuestas, hecho que el PSC consideró "asumible". "El debate de política general tiene que servir para acabar con el doble discurso de los socialistas en Barcelona y Madrid", dijo a la portavoz parlamentaria, Mònica Sales, en las jornadas de trabajo del grupo en Waterloo.
De hecho, los de Puigdemont, ante este malestar, ya han advertido que durante el otoño tendrán que tomar decisiones". "Decidimos que no haríamos un acuerdo para la estabilidad de la legislatura. Por eso digo que en otoño quizás pasarán cosas que no habían pasado hasta ahora. Nosotros ya hemos dado bastante tiempo", dijo el mismo Puigdemont desde Prada el pasado 19 de agosto. Unas palabras que también ha repetido Mònica Sales esta semana, fijando el debate de política general en el Parlament como primer examen.
El PSOE, convencido de que las negociaciones continuarán
Por parte del PSOE, apuntan que las conversaciones y negociaciones con Junts "continuarán". "Son seña de identidad de este ejecutivo", ha dicho este viernes el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que ha evitado valorar la reunión entre las dos formaciones de este jueves. "No podemos avanzar ningún voto de ningún grupo, ni podemos decir cómo va ninguna negociación, pero es fundamental que estas conversaciones sean discretas", ha apuntado Bolaños. Y es que los socialistas están convencidos de que las reuniones seguirán y que habrá otra el mes que viene. De hecho, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también envió este mensaje, asegurando que su ejecutivo es "estable" e insistiendo en que "cumplen" con Junts, poniendo de ejemplo el impulso del catalán en el Estado y en la Unión Europea, así como esperando la aplicación de la amnistía. "Tenemos la máxima voluntad de cumplir los acuerdos de Bruselas", decía Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso a Míriam Nogueras, quiénes ya advirtió a Sánchez este julio que están en prórroga.