"El Partido Socialista Obrero Espanol y Junts per Catalunya constatan que la situación política actual permite alcanzar un acuerdo para abrir una nueva etapa y contribuir a resolver el conflicto histórico sobre el futuro político de Catalunya". Esta es la primera frase del acuerdo "histórico" del Acuerdo de Bruselas entre el PSOE y Junts per Catalunya, firmado por el secretario general juntaire, Jordi Turull, y el ya polémico exsecretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, un 9 de noviembre del 2023. Un año y nueve meses más tarde exactos, el acuerdo que los juntaires consideraban "histórico" ajustará las cuentas este miércoles en el Congreso de los Diputados en el marco de la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por los casos de presunta corrupción que rodean el PSOE. Y es que el balance del acuerdo no llama al optimismo entre los dirigentes juntaires, ya que hay carpetas todavía abiertas firmadas ya hace más de un año y medio, como puede ser la oficialidad del catalán a las instituciones de la Unión Europea (consta al orden del día de la próxima reunión del Consejo General de la UE el 18 de julio), la delegación de las competencias de inmigración (con el veto de Podemos) y la aplicación de la ley de amnistía con el veto de los jueces del Supremo.

A pesar de algunas victorias para el partido de Carles Puigdemont como puede el uso del catalán en el Congreso o inversiones en el sector petroquímico del Camp de Tarragona, Junts per Catalunya siempre ha relacionado el avance de la legislatura española al cumplimiento del Acuerdo. Mes tras mes, la delegación de Junts, formada por Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras se ha ido reuniendo en Suiza con una delegación del PSOE, hasta ahora, encabezada por Santos Cerdán y con la participación de un verificador internacional. En el último encuentro de junio, sin embargo, ya no participó, después de implosionar la crisis en el PSOE por los casos de presunta corrupción vinculados a adjudicaciones de administraciones gobernados por los socialistas, como el Ministerio de Transportes o el gobierno de Navarra. Eso sí, participó un miembro que ha formado parte de las reuniones de forma habitual: el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. De momento, sin embargo, se desconoce quién será el nuevo interlocutor socialista y qué papel tendrá Juan Francisco Serrano, número dos de Cerdán que hasta ahora ha formado parte de las reuniones y que Sánchez ha mantenido en la ejecutiva socialista. Eso sí, uno de los posibles nombres que había sobre la mesa, Paco Salazar, que tenía que ser el segundo adjunto en la secretaría de organización socialista, ha caído de las posibilidades después de las denuncias de acoso sexual y abuso de poder.

Evaluación del Acuerdo de Bruselas

El cara a cara entre Sánchez y Nogueras de este miércoles servirá para evaluar el estado del Acuerdo de Bruselas entre el PSOE y Junts per Catalunya. Hasta ahora ha sufrido las idas y venidas de una montaña rusa, con la suspensión de las conversaciones el pasado mes de enero por parte del partido de Puigdemont y su reanudación con el desbloqueo de la delegación de las competencias de inmigración que, de momento, es vetada por Podemos en el Congreso. Con todo eso, entre los junteros y el Gobierno siempre ha habido un clima de desconfianza, que ahora va con aumento después de la caída de un actor clave como Santos Cerdán, quien tenía una relación estrecha con el mismo Turull.

Por todo eso, Turull y Nogueras reclamaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "garantías de cumplimiento" del Acuerdo de Bruselas en la reunión que mantuvieron el pasado 17 de junio en el palacio de la Moncloa. Nos ha explicado que él tiene la voluntad continuar, pero no nos ha concretado ni aclarado como y de qué manera y con qué medidas piensa rehacer todas las cuestiones que se han estropeado, no solo con este escándalo, sino también con todos los déficits en el cumplimiento del Acuerdo de Bruselas", relataba Turull en los medios de comunicación, mientras pedía garantías y tiempo para "tomar decisiones". Eso fue días antes de la reunión con Zapatero en Suiza, de la cual no ha trascendido el resultado. Sin embargo, los juntaires también hacían un llamamiento a convertir los "problemas", como los casos de corrupción que rodean al PSOE, en "oportunidades".

Subirán el tono

Internamente, la gran mayoría de miembros de la ejecutiva desconocen el mensaje que enviará este miércoles Míriam Nogueras a Pedro Sánchez, sin embargo, advierten: "Seremos coherentes". El discurso de la portavoz juntaire en el Congreso estará centrado en Catalunya, en el cumplimiento del Acuerdo de Bruselas, en cómo afectará a la crisis al PSOE en los acuerdos que mantienen los dos partidos y subrayará, como hasta ahora, que no formaron parte de ningún bloque. Fuentes juntaires apuntan que subirán el tono, pero "sin ninguna sorpresa". "Prevemos que Sánchez pronunciará el mismo discurso de persecución contra el PSOE, de buena praxis contra la corrupción y de choque contra el Partido Popular, tal como ha hecho hasta ahora," dice un dirigente juntaire, mientras que otro subraya que están en la misma situación de tensión que diciembre. Los juntaires, en más,

La sombra de una moción de censura con el PP

Y todo eso con un 'pressing' del Partido Popular hacia Junts per Cataluya para que se sumen a una moción de censura contra Sánchez, después de que el partido de Feijóo haya celebrado este fin de semana su congreso y haya enmarcado posibles pactos con partidos nacionalistas e independentistas dentro de la constitución. De hecho, el alcalde de Badalona y presidente del congreso popular, Xavier García Albiol, pidió al partido de Carles Puigdemont que "escuche a los votantes y a la calle y no tanto sus intereses". Incluso no se ha mostrado en contra de la oficialidad del catalán en la UE. Con todo, el líder del PP al Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, también se abrió este lunes a pactar con Junts pero con un aviso: "No significa hacer caso a todo lo que piden y que lo harán de acuerdo con el respeto y a la democracia".

Los juntaires, por eso, han dejado claro con qué terreno de juego quieren jugar con los populares: tienen que reunirse con Carles Puigdemont, Jordi Turull y Míriam Nogueras en el exilio. "No seremos menos exigentes con el PP que con el PSOE a la hora de aceptar reuniones para estos asuntos. A partir de aquí ya dirán", apuntaban fuentes juntaires el pasado 1 de julio como condición para empezar negociaciones, aunque durante la legislatura Turull ha asegurado que un acuerdo con el PP "es una fantasía". Eso se produjo después de que el nuevo secretario general del PP, Miguel Tellado, abriera una ronda de contactos con los partidos que mantienen relación con el Gobierno. De momento, los populares niegan contactos constantes con Junts per Catalunya y deniegan la petición de una reunión con la cúpula en el exilio.