Comentarios obscenos sobre la vestimenta y el cuerpo, mensajes con invitaciones a cenas fuera del horario laboral, e incluso, ofrecimientos de quedarse a dormir en casa, o uso permanente de un lenguaje sexualizado en el entorno profesional. Este es el ambiente que relata Lídia, una mujer del PSOE que estuvo bajo las órdenes de Paco Salazar, quien previsiblemente será nombrado segundo adjunto en la secretaría de organización del PSOE en el congreso federal que se celebra este sábado en Madrid. Esta mujer, bajo un nombre inventado para proteger su identidad, ha relatado a elDiario.es su experiencia con Salazar, una actitud que califica "de acoso sexual y abuso de poder" porque las negativas a quedar con él comportaban castigos, primer otorgante menos responsabilidades y la ausencia de expectativas de promoción política o profesional. Según explica esta mujer, cuándo llegó a la Moncloa para trabajar bajo las órdenes de Salazar, recibió un aviso de sus compañeras para que "fuera con cuidado" ante un "peligro" conocido: "cuenta con quedar con el jefe a solas o con aceptar invitaciones fuera del horario de trabajo".

El digital señala que hay otra mujer, muy joven, que después de las primarias de Pedro Sánchez en el 2017 donde trabajó como voluntaria, también relató en su entorno que Salazar había tenido una actitud de "baboso" y que tuvo "comportamientos inadecuados" a pesar de la diferencia de edad entre los dos, y de formar parte de la familia de un veterano socialista.

Comportamientos inadecuados

Según relata elDiario.es, en las filas del PSOE hay un clamor generalizado sobre la figura de Paco Salazar, uno de los hombres poderosos de Ferraz durante los mandatos de Sánchez. Por eso, gran parte del PSOE recibió con "pavor" la noticia de su nombramiento como adjunto en la Secretaría de Organización del PSOE. Lidia relata que ella no fue la única que vivió una situación similar con Salazar y que cuando llegó le llamaron la atención dos cosas. En primer lugar, que la mayoría de la plantilla eran del mismo perfil: mujeres jóvenes de aproximadamente 30 años. Además, recibió un aviso de sus compañeras: "Fue impactante porque el primero que me dijeron es que fuera con cuidado, que ya se sabía lo que comentaba todo el mundo del jefe, y que mejor no pasar demasiado tiempo con él a solas".

"Lo que más me impactó es que incluso me avisó a un compañero, de que no es habitual porque los que solemos protegernos de estas cosas somos las mujeres. Pero me cogió un día poco después de llegar y me lo dijo. Que no se me ocurriera quedarme sola en el despacho con él. Que en su equipo lo llamaban a modo de chascarrillo 'las chicas de Salazar' y que era vox populi porque le había pasado a otras muchas mujeres”. Como el resto de las compañeras, a ella también le pasó. "Primero fue más liviano, con algunas miradas inquietantes o algún comentario fuera de lugar, en un entorno laboral y en una relación de hacia subordinada", relata Lidia, que después empezó a recibir una infinidad de mensajes privados a través de WhatsApp. "Me empezó a decir sin venir al caso que me quedara más tarde que el resto del equipo, que fuera a cenar con él o a tomar alguna cosa. Lo hacía de manera insistente. Y me decía que si se nos hacía tarde nos podíamos quedar a dormir en su casa. Se cuidaba mucho de no dejar por escrito ninguna mención sexual, pero era evidente lo que quería decir y él plenamente consciente de la situación en la que me colocaba". Esta mujer reconoce que nunca se atrevió a elevar una queja formal ni una denuncia por el "poder absoluto" que ejercía Paco Salazar al PSOE y su relación con Pedro Sánchez. "Allí todo el mundo lo sabía y nadie decía nada". “Yo me sentía violentada, evidentemente. Pero me limité a pasar de él, a darle largas para salir del paso. Nunca me atreví a decirle que parara porque era mi jefe”, relata, antes de aclarar que no seguirle el juego implicaba directamente consecuencias en su trabajo. "Si no le seguías el rollo, te hacía el vacío. Y pasa a tener consecuencias en el ámbito laboral".

Otra mujer que durante meses trabajó en el equipo de Salazar, asegura que siempre le llamó la atención el "lenguaje sexual" que utilizaba con sus colaboradores, mayoritariamente mujeres jóvenes. Con todo, asegura que no ha visto comportamiento de acoso, que en caso de haberlos visto, los habría denunciado.

Salazar, hombre de confianza de Sánchez

Paco Salazar, hombre de confianza de Pedro Sánchez e integrante del núcleo fuerte de José Luis Ábalos, e incluso, compartió piso con Santos Cerdán, ocupaba el cargo de adjunto al jefe de Gabinete del presidente del Gobierno. Este viernes se conoció que Salazar formaría parte de la renovación del partido. Poco después de filtrarse esta información, Sánchez se reunió con diputadas, senadoras y secretarias de Igualdad del PSOE para criticar el comportamiento de Ábalos y su exasesor Koldo García con las mujeres que se ha conocido por los audios de la UCO durante la instrucción de la trama de las mordidas a cambio de obra pública: "Es un golpe muy duro para mi saber que yo escogí a estas personas que tienen este tipo de conversaciones vergonzosas sobre las mujeres y están implicados en casos graves de corrupción. Hay gente que se recupera fácil de los golpes, yo no".

Preguntado sobre estas acusaciones, Paco Salazar ha negado a elDiario.es, haberse excedido, con ninguna de sus subordinadas: No paro de darle vueltas y no encuentro un momento en mi vida donde haya hecho ninguna estupidez. Yo no he hecho nada con ninguna persona, tengo una pareja de toda la vida, en mi época de universidad pudo ser... pero no entiendo de dónde sale eso. Nunca con ninguna compañera he tenido relación ni trato, nunca jamás. Me he partido la cabeza dándole vueltas y me parece una cosa alucinante. No paro de pensar a ver si la he cagado y le he dicho algo inconveniente a una compañera y la verdad es que no lo encuentro”, ha añadido.