Con la boca pequeña y después de mucha insistencia de los periodistas, Miguel Tellado ha cerrado la puerta a que Alberto Núñez Feijóo viaje a Waterloo para reunirse con Carles Puigdemont para explorar el futuro de la legislatura española. Es la condición que ha impuesto Junts al PP si quiere hablar de una hipotética moción de censura. “Nosotros no vamos a hacer lo que a otros hemos criticado, no somos como el Partido Socialista”, ha contestado el portavoz del PP en el Congreso después de ser preguntado hasta en cuatro ocasiones por esta cuestión. “Nadie nos encontrará allí. Si tuviéramos tan pocos escrúpulos como el PSOE, Feijóo habría sido presidente del Gobierno de España después de las elecciones de julio”, ha añadido. “Todos los que han hecho presidente a Pedro Sánchez son corresponsables de todo lo que ha sucedido en esta legislatura. Y ahora tienen la oportunidad de apartarse. Si no les repugna la imagen de ver al negociador entrando en un furgón policial en Soto del Real, no sé qué tiene que pasar para que demuestren un poquito de dignidad”, ha apostillado.
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Desde Vox, ponen el dedo en la llaga y aprovechan para cargar contra el PP. “Lo triste es que si Vox no existiera, el señor Feijóo ya estaría de camino a Waterloo. Lo bueno es que Vox existe y cada vez más españoles quieren que acabe el chantaje de golpistas, la traición de los socialistas y la estafa de los populares”, ha proclamado la formación de extrema derecha en X. Las palabras de Miguel Tellado llegan cuatro horas después de que Alberto Núñez Feijóo haya exhibido un cambio de estrategia y haya hecho público que ha encargado al portavoz del PP en el Congreso que llame a los grupos parlamentarios para que “digan si su apoyo al PSOE continúa intacto”. “Ahora mismo son el único obstáculo para que los españoles hablen y podamos reparar tanta decadencia”, ha sostenido en una publicación en X.
A pesar de este movimiento, el PP evita hablar abiertamente de moción de censura. “No les llamamos para pedir, les llamamos para escuchar y para saber cuál es su posición. Que nadie se equivoque, es para saber si su apoyo al PSOE sigue intacto”, ha repetido Miguel Tellado seis veces. “Queremos saber dónde están, si son socios o si se quieren convertir en cómplices”, ha añadido. La voluntad del PP es “poner a los socios de investidura delante de un espejo” y preguntarles “si están dispuestos a mirar para otro lado o si creen que hay corrupción buena si viene de un partido de izquierdas”. “Los socios que sostienen esta vergüenza deben darse cuenta del daño que se hacen a sí mismos sosteniendo la situación a lo largo del tiempo. Tienen que elegir: o romper con Sánchez o su corrupción les romperá también a ellos”, ha apostillado.
¿Qué había dicho hasta ahora Alberto Núñez Feijóo?
La última vez que Alberto Núñez Feijóo habló públicamente de una moción de censura fue hace quince días durante la sesión de control en el Gobierno en el Congreso. “No me faltan ganas, me faltan cuatro votos. Si aparecen, no lo dudaré ni un instante. Y quién sabe si aparecerán. Porque Ábalos fue el principio, pero Cerdán no será el final”, proclamó. El día antes, en una entrevista en Herrera en COPE, había alejado la viabilidad de tirarla hacia adelante: “No tenemos que buscar un desfogue que dura 48 horas, tenemos que establecer una estrategia para echar a Sánchez. […] Sabemos lo que tenemos que hacer, lo haremos cuando toque. Y en este momento una moción de censura está abocada al fracaso”.
Más atrás, el mismo día que trascendió el informe de la UCO de la Guardia Civil, Feijóo lo descartó para evitar dar un “balón de oxígeno” a Sánchez: “Si quiere continuar así, no puedo impedirlo en este momento”, reconoció. Y volvió a apelar los socios: “Tienen la oportunidad de salvar un poco de honor y evitar que todo eso los arrastre sin remedio. […] Si eligen seguir, dejarán de ser socios para ser cómplices del mayor aluvión de corrupción que ha vivido nuestra democracia”. “En el momento que vea alguna posibilidad, la utilizaré”, avisó. Cuatro días más tarde, el portavoz del PP, Borja Sémper, reconoció que los populares eran “incapaces” de convencer a los cuatro diputados que les faltan porque tienen “principios” y no están “dispuestos a coger un avión a Waterloo”. “Probablemente, estos principios harán que nos cueste más tiempo llegar a la Moncloa. Pero es una forma de llegar mucho más limpia, mucho más sana y mucho más edificante para la ciudadanía”, remachó.