Barcelona es una ciudad llena de terrazas. Salir a tomar o a picar algo por la noche es una actividad social muy habitual en nuestra casa. En verano, las terrazas son objeto de deseo de los comensales que quieren disfrutar del fresco —si el bochorno lo permite. A veces es difícil encontrar sitio, especialmente en las terrazas más céntricas, pero en el barrio de Les Corts hay una terraza muy discreta que esconde una buena oferta gastronómica con un ambiente distendido y tranquilo.
Una terraza secreta
Ni siquiera pasando por delante verías que aquí hay una terraza. Ubicado en la calle de Can Segalar, junto a la Diagonal, encontramos Cohete, un restaurante del Grupo Tragaluz con una oferta peculiar. Cohete es un restaurante, pero también es una discoteca y un bar de copas. Se trata de una de las últimas aperturas del grupo en Barcelona; una apuesta ambiciosa para unir gastronomía y ocio nocturno. Hoy, sin embargo, nos centraremos en la terraza, el espacio de restauración de Cohete.

Un letrero de color rojo llamativo da la bienvenida a la terraza, un espacio recogido escondido entre vegetación. El espacio es muy heterogéneo: tiene mesas de diferentes formas repartidas en dos alturas, público de todo tipo y una carta con comida para todos los gustos. Parejas, grupos de amigos y familias llenan una terraza que está casi llena; una muy buena señal teniendo en cuenta que es miércoles por la noche. El restaurante también tiene una zona interior, igualmente agradable y con un ambiente cálido. El espacio es todo lo que te imaginas cuando piensas en una terraza tranquila para disfrutar de una cena al fresco en verano, con la ventaja que se ubica junto a la avenida Diagonal, una zona céntrica muy bien comunicada.

Una carta para todos los gustos
La oferta de Cohete es difícil de definir. No es un bar de tapas, a pesar de tener; tampoco es un restaurante oriental, a pesar de tener platos chinos; ni es una hamburguesería, aunque tenga smash burgers. Cohete es un espacio pensado para todo el mundo, con platos de todo tipo y una buena oferta de vinos y cócteles. El local abre al mediodía y por la noche, pero recomendaría visitarlo por la noche porque el ambiente y la temperatura hacen la experiencia más agradable. Empezamos la cena con dos aperitivos: unas croquetas de jamón y pollo y unos dim-sum de verdura. Las croquetas son crujientes y sabrosas, mientras que los dim-sum tienen una textura muy agradable, suave y untuosa. Probamos también la ensalada de burrata con albaricoque, rúcula y pesto, una combinación deliciosa y refrescante que pide rebañar con pan. Un pan que, por cierto, es muy bueno y crujiente.

Como platos principales, probamos el tartar de ternera ecológica y el salteado de verduras y carne. El tartar es bueno, un poco flojo de picante, pero muy sabroso. Se sirve acompañado de patatas fritas y unas tostadas crujientes. Por otra parte, el salteado de verduras es un plato diferente de lo que imaginábamos. En vez de ser un plato de tenedor, se trata de una versión oriental de las fajitas, pero en vez de rellenar pan de trigo, se sirve con unas hojas de lechuga. En la carta no acaba de quedar claro el formato en que se sirve el plato, pero la sorpresa, muy curiosa, nos gusta. El plato, además, es sabroso y casero, con unas cuantas setas que le dan un punto crujiente delicioso.

Para acabar la cena, probamos un par de postres. La camarera nos recomienda probar la barra de chocolate con pistachos y la tarta de queso. Dos opciones muy diferentes, pero que se complementan de primera. La tarta de queso es el eterno repetido en las cartas de postres de los restaurantes de Barcelona, pero cabe decir que en Cohete la hacen muy buena. Se sirve sin crumble y sin mermelada y se nota que está hecho en casa, con una textura cremosa, a pesar de faltarle —para mi gusto— un punto de sabor a queso. Por otra parte, las barras de chocolate con pistachos son unos postres curiosos; una onza de chocolate negro alargado muy sabrosa con pistachos crujientes por encima. Unos postres diferentes muy recomendables.

Con respecto al servicio, los camareros de Cohete son muy atentos y eficientes. El principal inconveniente del restaurante es el precio, bastante caro teniendo en cuenta las raciones servidas. Sin embargo, la calidad de los platos es correcta y el ambiente de la terraza es perfecto también para quedarse a tomar una copa después de cenar.