Si hay una uva que ha conseguido ser deseada en todos los continentes, es la garnacha tinta. En las zonas catalanas del Empordà, el Priorat, el Montsant y la Terra Alta, es una variedad imprescindible y entenderéis que tiene todo el sentido del mundo cuándo os expliquemos el origen, ya que se encuentra muy cerca de nosotros. La historia nos remonta al siglo XII en el Reino de Aragón y la primera constancia escrita es del año 1513, donde el agrónomo Gabriel Alonso de Herrera describe una uva de nombre aragonés (todavía en algunas zonas, a la garnacha, se la llama así). Desde Aragón, esta variedad se extendió a Catalunya y Navarra (famosa por sus rosados) y también en el sur de Francia.


¿Por qué decimos que es la reina del Mediterráneo? Pues porque, durante siglos, ha demostrado resistencia al calor extremo y a la sequía, y una capacidad muy grande de adaptarse a terrenos pobres, por lo tanto, una variedad con unas condiciones ideales para cultivarse en climas mediterráneos. Ahora mismo, la encontramos en mucho países del mundo: obviamente Catalunya, España y Francia, y también Italia, Marruecos, Argelia y Egipto. En el continente americano la encontramos en los Estados Unidos, Chile, Uruguay y Argentina y ha cogido mucha relevancia en Sudáfrica y Australia.

Como es una variedad muy polifacética, se elaboran muchos tipos de perfil de vinos: tanto frescos y jóvenes como más complejos y con capacidad de envejecimiento. Acostumbra a dar vinos bastante intensos, no muy ácidos y sin mucha astringencia, características que hace que los encontremos muy agradables y golosos y que tengan una gran aceptación para la mayor parte del público. Hoy os presentamos tres vinos de nuestras tierras elaborados con garnacha tinta.

Auditori (Acústic Celler)

Empezamos la ruta por el Montsant, en el pueblo de Marçà, donde encontramos Acústic Celler y su vino Auditori. Albert Jané trabaja 42 hectáreas de viña, con la filosofía de elaborar vinos puros y sin maquillajes, austeros y fieles a las viñas viejas y a las variedades propias de la zona. Este Auditori es pura fruta y complejidad, ya que proviene de viñas de entre 70 y 90 años. Como ellos dicen, de viñas viejas mágicas de garnacha.

Viladellops (Celler Viladellops)

Ahora subimos hasta el Penedès, a la bodega Viladellops. Un “Wine Village” en el corazón del macizo del Garraf, donde perdura el legado histórico de la familia Desvalls en la Finca Viladellops. ¡Os recomendamos muchísimo sus alojamientos turísticos y que visitéis la casa de piedra es obligatorio! Su garnacha tinta es una explosión de fruta fresca que proviene de diferentes parcelas, con una crianza en depósitos de cemento, para no enmascarar los aromas ni el sabor.

Vinos Laura Serrano 3 Garnachas negras / Foto: Carlos Baglietto
Tres vinos catalanes para reivindicar la garnacha tinta / Foto: Carlos Baglietto

Esventat (Mas Llunes)

Acabamos en casa, en la llanura del Alt Empordà. Viajamos hasta Mas Llunes, en Garriguella, donde encontramos esta bodega con una tradición vinícola de más de 700 años, con Gemma Roig al frente. ¡Os recomendamos muchísimo que los visitéis y que disfrutéis de su cata inmersiva dentro de la sala de barricas, una experiencia audiovisual para todos los sentidos! Esventat ha sido nuestro escogido. Un vino sin sulfitos añadidos y con este nombre que tanto representa a la zona, porque hace homenaje a la querida y, a la vez, temida tramontana. En el Esventat se mezclan aromas balsámicos con las frutas confitadas y las cerezas. Una combinación irresistible.

¿Queréis que os recomendemos más vinos de garnacha tinta? ¿Tenéis alguno de preferido? ¡Os leemos!