El fin de semana es momento de relajarse y desconectar del trabajo, los estudios y olvidar, durante unas horas, la rutina semanal. Son dos días para hacer otros planes, salir de casa u, otra opción muy válida, quedarse en el sofá abrazando la manta y mirando series y películas. Los sábados y domingos, sin embargo, también resultan ser una oportunidad excelente para descubrir aquellos restaurantes que nos llaman más la atención, pero que entre semana es imposible visitarlos por la falta de tiempo. Para que no tengas que perder tiempo pensando a dónde ir, desde La Gourmeteria te recomendamos 5 restaurantes para probar durante el fin de semana y disfrutar de magníficos platos y lugares.
Los mejores restaurantes del Alt Urgell
La segunda ola de calor llama a la puerta y, por lo tanto, el turismo rural y de montaña aparece nuevamente escena. Aunque es un destino atractivo todo el año haga frío o calor, sí que con la subida de los termómetros hay una mayor parte de la población que se decanta por refrescarse a las altitudes del país entre bosques, arroyos y picos imponentes. Así, una de las opciones más atractivas la encontramos en el Alt Urgell, una comarca con restaurantes de muchísimo nivel que no son tan conocidos. A continuación, los descubrimos para que te escapes del calor y comas muy bien.
Taraó
En Arsèguel, patria de los temibles Cadells, pueblo que era conocido en el siglo XVI como «el nido de los bandoleros de Catalunya», no solo vive Artur Blasco, probablemente uno de los últimos machos reales —en sentido planiano— que corren por el país, sino que desde hace poco hay un restaurante que nos ha iluminado el radar. También hay una librería, la última encarnación de la mítica Pulga andorrana, pero eso tocaría a otro negociado. Hablamos, por lo tanto, del restaurante anexo al pequeño hotel de la Font del Genil, que se dice Taraó (que en japonés sería un nombre propio, y, con aquella gracia que tienen los kanjis, se escribiría, quizás, un poco así: 鱈尾).
Jordi y Elena lo tienen muy claro: quieren hacer un modelo de cocina que combine maneras de hacer y técnicas japonesas con la tradición gastronómica catalana. Nada de platos congelados y envasados al vacío: están en las antípodas de aquello que dicen la quinta gama, nada de cocinas donde hay más congeladores que fogones. Y lo consiguen: la carta no es extensa, pero delicada y equilibrada: hay un menú degustación de la medida justa.
Espai La Vansa
Ahora hace un año que Mar y Jordi, vecinos de Tona, decidieron hacer un cambio radical dejando la ciudad para trasladarse en medio de las montañas del Alt Urgell y ofrecer su cocina honesta hecha con amor en el Espai la Vansa, ahora Taverna de Muntanya. Mi vecino Rafa, que tiene un buen olfato en estos temas, ya me alertó a finales de verano del año pasado: “Víctor, ve, que cocinan como los ángeles”. Así, aprovechando que nos visitan Maria Àngels y Jordi, hemos reservado mesa para comer y comprobarlo personalmente. La taberna —tal como me habían adelantado por teléfono— está a rebentar, por eso nos han dado dicho de venir a última hora. Veo a Vinyals con unos amigos en la primera mesa, zampándose un plato de ternera, y en el fondo del local a Domingo, apoyado en la barra haciendo una cerveza. Todo en orden.
L'Estanc
Para situarnos, L'Estanc abre puertas como tal el año 1989. Antes, por eso, el padre de Xavi y la Marga, suegro también de Toni e Imma, tenía un estanco donde venía de todo, tal y como hacían a todas tiendas de pueblo. Toni me explica que en la tienda tenían absolutamente de todo: carne, embutidos y quesos, parafarmacia, ferretería y cualquier otra cosa que os podáis imaginar. Poco a poco, los mismos vecinos y amigos les pedían algo para comer, es entonces cuando deciden empezar a hacer un pequeño menú que cocinaba la madre de Xavi y Marga, para ver cómo iba la cosa. Visto el éxito, pasaron de cocinar en la cazuela pequeña a la cazuela grande y, con la jubilación de los padres, cierran la tienda, que convierten en comedor. Así pues, Marga, Imma, Xavi y Toni se hacen cargo hasta hoy, manteniendo el nombre de L'Estanc, que era como los vecinos conocían el local y recuperando recetas familiares que han ido afinando con el tiempo hasta llegar a la excelencia.
Ca l'Amador
En la cara sur del Cadí, en el valle de la Vansa y dentro del parque natural del Cadí-Moixeró, se encuentra la acogedora población con pasado cátaro de Josa de Cadí, donde Diego Alías, junto con su padre, abrió Ca l'Amador en una casa solariega de los abuelos ahora hace casi veinticinco años. Diego tuvo claro desde los seis años que quería ser cocinero; estudió hostelería en la Escuela Joviat de Manresa —donde tuvo compañeros de la talla de Alex Montiel o Oriol Castro, con los que todavía mantiene relaciones—, y más tarde estuvo perfeccionándose en los restaurantes ElBulli, la Broche y Martín Berasategui, entre otros. Su cocina es sobre todo creativa, pero también personal, atrevida, respetuosa y curiosa. En resumen, va de lo tradicional a lo más innovador. Ca l'Amador tiene sello propio y una personalidad muy marcada que a lo largo de los años, y con la ayuda de su equipo, ha ido evolucionando hasta la excelencia. De hecho, Diego fue nombrado Cocinero del año 2015 por el Fòrum Gastronòmic de Barcelona.
La Taverna dels Noguers
El restaurante La Taverna dels Noguers es una casa de comidas de cocina tradicional catalana con toques afrancesados que abrió puertas en 1982 con Miquel Mas y su mujer Carme. Pero es a partir del año 94 cuando Miquel hijo coge las riendas del negocio, que ahora dirige junto con su pareja Ramona, siempre tan amables y atentos, posicionándolo definitivamente dentro del mapa gastronómico alto urgelense gracias a sus magistrales elaboraciones con productos de primera calidad, hasta que han conseguido una de las distinciones más preciadas: la Bib Gourmand de la Guía Michelin.