El Segrià es una comarca llena de buenos lugares para desayunar. Hoy hacemos parada en Alpicat para probar la cocina de uno de los templos de estas tierras para disfrutar de una comida de primera. Un local de cocina catalana casera que es la mejor opción para entrar en calor durante los días de frío. Estamos hablando del Bar l'Entrada, un espacio de cocina de mercado que da qué hablar.
Un templo de los desayunos de tenedor en Alpicat
Alpicat es un pueblo del Segrià donde se come muy bien. Prueba de ello es el Bar l'Entrada, un local regentado por Nati desde hace más de 20 años en el que disfrutar de buena cocina catalana, casera y de mercado. Nati se encarga de cocinar y servir con esmero todo lo que se prepara en el restaurante. Con la ayuda de su equipo, se asegura de que todo aquel que visita l'Entrada, tanto gente del pueblo como gente de fuera, disfrute al máximo de la experiencia. Alpicat es un municipio muy bien comunicado. A tocar de la autovía A-2 y a pocos kilómetros de Lleida, es un lugar de paso ideal para hacer parada. L'Entrada es un bar amplio y con un toque moderno que, además de los desayunos de tenedor, también ofrece menú del día y de fin de semana. Algunas de sus especialidades son los caracoles, la brasa y algún marisco a la carta.
Alpicat es un municipio muy bien comunicado. A tocar de la autovía A-2 y a pocos kilómetros de Lleida, es un lugar de paso ideal para hacer parada
El desayuno de hoy, sin embargo, lo empiezo con unos calamares con picada, una delicia para empezar a matar el hambre. Sigo con un bicho picante, un producto de esos que hay que ser valiente para probar, pero que vale mucho la pena. ¡Y sí que pica, sí! Conviene tener cerca un vaso de agua. Seguimos con un bacalao con cebolla y setas morro de toro, unas setas de temporada exquisitas. Esta receta es especial porque es de la familia de Nati.
También es buenísimo el jarrete de ternera deshuesado, uno de los guisos por excelencia de la casa. Porque un buen desayuno de tenedor siempre pide un poco de guiso, y de pan, claro. Y además del guiso, en una casa como esta, no podía faltar la brasa. En este caso, un 'mix' de morro y oreja de cerdo, una manera deliciosa de disfrutar de este animal del que se aprovecha todo.
Para rematarlo, unos buenos postres caseros. Un postre de músico, con su porrón de moscatel, y un tiramisú delicioso. La mejor manera de acabar una comida perfecta que quita el frío, el hambre y te renueva la energía para afrontar el invierno que se acerca. Un proyecto fantástico para disfrutar de buena cocina catalana, y auténtica, en una mañana fría de otoño o invierno.
¡Salut i al lio!
