Imagina estar en el mercado, ver una montaña de patatas y, de pronto, entre todas ellas… una rosa. Literalmente rosa. No anaranjada ni rojiza. Rosa intenso, brillante, como de cuento. Y lo primero que piensas es: ¿esto es comestible? ¿Es natural? ¿Es de verdad? Lo es. Y además tiene nombre propio: Lily Rose. Un nombre que suena a flor delicada, a princesa de cuento o a hada buena, pero que en realidad es un tubérculo con mucha personalidad, cultivado y comercializado por la empresa segoviana Patatas Tarsa, especializada en variedades que no se parecen a lo de siempre.

Lily Rose: una patata que cambia el guion

La patata es uno de esos alimentos que damos por hecho. Está siempre. En todas partes. En todas las cocinas. Se adapta a todo, gusta a todos y ha sido clave para muchas culturas a lo largo de la historia. Pocas cosas han salvado más comidas (y más vidas) que un saco de patatas. Pero también es cierto que, después de tanto protagonismo, la patata ha dejado de sorprender. No porque esté mal, sino porque estamos demasiado acostumbrados a ella. Ahí es donde Lily Rose entra en escena, un giro inesperado para un ingrediente clásico, sin perder su esencia.

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La patata es uno de esos alimentos que damos por hecho / Foto: Pixabay

Lo primero que llama la atención es su color, una piel lisa, firme, de un rosa intenso que parece sacado de una paleta de maquillaje. Por dentro, la carne es más clara, pero al cocinarla conserva parte de ese tono especial, sobre todo si se hace al horno o al vapor. Tiene una textura firme, que aguanta bien la cocción, y un sabor suave y ligeramente dulce, que la hace ideal tanto para platos sencillos como para recetas creativas. Y es que es muy fácil ponerse creativo al ver este producto.

¿Aporta algo diferente a nivel nutricional?

No solo es bonita. Lily Rose también se comporta bien en la cocina. Gracias a su firmeza, funciona de maravilla en cocciones lentas, asados, chips caseros, guarniciones o ensaladas templadas. Y si te gusta jugar con el color en tus platos, esta variedad es tu aliada. Imagina unas patatas asadas junto a zanahorias moradas o espárragos verdes. O un puré con un punto de color inesperado. Incluso una tortilla que rompe con el amarillo clásico.

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Es ideal tanto para platos sencillos como para recetas creativas / Foto: Pixabay

Como cualquier buena patata, Lily Rose es fuente de hidratos de carbono complejos, fibra, potasio y vitamina C. Pero, además, su pigmento rosado puede indicar la presencia de antioxidantes naturales, como los flavonoides, que refuerzan su valor nutricional. No es que sea milagrosa (ninguna patata lo es), pero sí que es una opción más interesante si buscas variedad, color y sabor en la misma pieza. ¿Vale la pena probarla? Totalmente. Porque cuando un ingrediente tan básico como la patata encuentra una forma nueva de sorprender, solo queda aplaudir. Y cocinar. La próxima vez que quieras preparar algo tan sencillo como unas patatas al horno o una tortilla diferente, ya sabes: apuesta por el rosa.