Los problemas de sueño afectan cada día a más personas. Y, en verano, todavía más: calor, cenas tardías, más luz, más móviles y menos rutina. Dormir se vuelve una batalla con las altas temperaturas y acabamos probando de todo, desde infusiones raras hasta suplementos milagrosos. Pero, ¿y si el truco estuviera en algo tan simple como una fruta? Se habla mucho de lo importante que es cenar pronto, ligero, evitar el picante, los azúcares, el alcohol, etc. Todo eso está bien. Pero a veces no hace falta complicarse tanto. Una buena fruta puede ayudarte más de lo que crees.
La piña, mucho más que una fruta de dieta
Cuando pensamos en la piña, nos viene a la cabeza lo de siempre: es diurética, tiene pocas calorías, ayuda a deshinchar, está en todas las dietas del mundo y es el postre estrella de quien empieza la “operación algo”. Pero lo que no se dice tanto es que la piña también puede ayudarte a dormir mejor.

La piña no solo es ligera, refrescante y digestiva. También tiene una combinación de compuestos que favorecen el descanso nocturno. En primer lugar, melatonina natural: esta hormona regula el ritmo circadiano (sueño-vigilia), y aunque el cuerpo la produce por sí solo, algunos alimentos pueden aportar una dosis extra de forma natural. La piña es uno de ellos. No hay que menospreciar el contenido en triptófano, un aminoácido esencial que sirve de base para producir serotonina, que es la hormona del bienestar, y, más tarde, melatonina. Ayuda a que te relajes, te sientas mejor y concilies el sueño con más facilidad. Parece que el plátano es el rey, pero no es el único en este reino.
Además, aporta mucho magnesio, un mineral clave en la relajación muscular y nerviosa. Deficiencias de magnesio se relacionan con insomnio y sueño interrumpido. Y, por último, bromelina: una enzima digestiva exclusiva de la piña, que reduce inflamación y mejora la digestión. De esta forma, evitas esa sensación de pesadez que puede hacerte dar vueltas en la cama. Así pues, se trata de una fruta ligera, sabrosa y con un cóctel natural de sustancias que favorecen el descanso. Y además, fácil de digerir, por lo que no te acuestas con sensación de hinchazón o malestar.

Cómo tomar piña por la noche (sin aburrirse)
La piña no necesita mucho más para brillar, pero si quieres variar un poco y no caer siempre en lo mismo, te dejamos algunas ideas para tomarla de noche. Por ejemplo, en carpaccio: cortada muy fina, con unas hojas de menta fresca y un chorrito de lima o limón. Si le añades un poco de helado de coco será uno de los postres estrella del verano (aunque es mejor dejarlo para ocasiones especiales). A la plancha: dorada un par de minutos y con un toque de canela, se convierte en un postre templado y reconfortante. Otro más clásico es el batido de piña con yogur vegetal natural y un poco de plátano maduro, es una merienda-cena ligera que también puedes tomar en vaso tumbado en el sofá o en la terraza viendo el atardecer. O, también, en una ensalada dulce-salada con mango y aguacate y un chorrito de aceite de oliva y semillas. Fresca, saciante y diferente. Pero lo más importante es que no le sumes azúcar ni toppings innecesarios, ya que la piña ya viene bien equipada para cuidarte y darte sabor sin más.