La gastronomía catalana está llena de tesoros medievales que, por suerte, aún hoy pueden revivirse en nuestras cocinas. Uno de los más sorprendentes es la Genestada, también conocida como Ginestada, una crema dulce de origen medieval que aparece en el legendario “Llibre de Sent Soví”, uno de los recetarios más antiguos de Europa, datado en 1324. Este manuscrito, considerado una joya de la cultura culinaria catalana, recopila recetas que se cocinaban en monasterios, casas nobles y hogares humildes durante la Edad Media, mostrando una cocina refinada, aromática y profundamente ligada al uso de especias y frutos secos.
La crema dulce catalana de origen medieval
El Llibre de Sent Soví, del que se conservan copias en las universidades de Valencia y Barcelona, ha sido objeto de estudios e investigaciones recientes. Según el historiador Luís Cifuentes, la versión valenciana sería la más antigua y fiel al texto original, mientras que la barcelonesa contendría añadidos y variaciones posteriores. En cualquier caso, ambas recogen esta receta que, a pesar de los siglos, sigue siendo una maravilla de sencillez y sabor. La Genestada era un postre especialmente popular durante los días de abstinencia, ya que originalmente no incluía ingredientes de origen animal. Con el tiempo, la receta evolucionó, pero su esencia, la mezcla delicada de leche de almendras, arroz y especias, se ha mantenido intacta.
Ingredientes de la Genestada:
- 500 g de agua
- 50 g de harina de almendra
- 60 g de harina de arroz
- 3 ramas de canela
- 3 clavos de olor
- 50 g de azúcar
- 1 sobrecito de azafrán
- 35 g de pasas
- 30 g de piñones tostados
Preparación de la receta:
Para elaborar esta deliciosa crema, se comienza preparando la leche de almendras casera, mezclando el agua con la harina de almendra y triturando bien con una batidora o procesador. Luego se cuela la mezcla con una gasa o colador de tela fina, reservando el líquido resultante. En un bol aparte, se disuelve la harina de arroz con un poco de esa leche de almendras y se incorpora después al cazo con el resto. A continuación, se añade el azúcar, la canela y los clavos de olor, que serán los encargados de perfumar la preparación con un toque cálido y especiado.
Los clavos de olor son los encargados de perfumar la preparación
La mezcla se cocina a fuego medio sin dejar de remover, ya que tiende a espesar rápidamente. En cuanto empiece a hervir, se añaden las pasas, los piñones tostados y el azafrán, que aporta un color dorado y un aroma muy característico. Se deja cocer un par de minutos más y se retira del fuego. El resultado es una crema suave, delicadamente dulce y con matices de especias que recuerdan a una época en la que la cocina era pura alquimia. Servida templada o fría, la Genestada es un pequeño viaje al pasado que demuestra que las recetas más antiguas siguen siendo, sin duda, las más deliciosas.
