Las zanahorias son uno de los productos que más se tira en las casas y la culpa no es nuestra, es el del sistema. Hay que decirlo claro. En la mayoría de los supermercados las zanahorias se venden en bolsas grandes. Como son baratas —mucho más que las eco o bio que sí que te las venden sueltas, pero que por dos pagas lo mismo que por medio kilo—, no dudas en meter en el carrito ese bolsón que sabes que no vas a terminar y que la mitad acabarán poniéndose mustias en la nevera. Y cuando llega ese momento, cuando abres el cajón de las verduras y te encuentras una zanahoria blanda y sin vida, da rabia tener que tirarla.

Cómo recuperar la dureza de una zanahoria blanda

Buscando soluciones me topé con el perfil de Rubén García (@rvbengarcia), que comparte trucos sencillos de cocina en redes. Gracias a uno de sus consejos, ya no pienso desperdiciar ni una zanahoria más. El remedio es tan simple como eficaz: solo tienes que meterlas en un táper con agua y dejarlas unas horas en la nevera. El agua hidrata la hortaliza desde dentro y la devuelve a su estado crujiente. Este truco funciona porque la zanahoria, al perder agua, se arruga y se ablanda. Al sumergirla, recupera parte de esa hidratación y vuelve a endurecerse como si fuese recién comprada. Si quieres acelerar el proceso, puedes incluso usar un bol con agua helada y cubitos, ¡en menos de una hora notarás la diferencia!

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Unas zanahorias cortadas a dados / Foto: Pixabay

Este truco funciona si la zanahoria está herida, si está ya al borde de la muerte no hay agua ni hielo que la traiga de nuevo al lado de los vivos. Por eso, antes de llegar a ese momento crítico, es mejor prevenir. Hay formas de conservarlas mejor desde el principio. Una opción es guardarlas en la nevera envueltas en papel de cocina húmedo dentro de una bolsa hermética, esa de congelados con zip.

El remedio es tan simple como eficaz: solo tienes que meterlas en un táper con agua y dejarlas unas horas en la nevera. El agua hidrata la hortaliza desde dentro y la devuelve a su estado crujiente

Listas para usar

La más práctica es también la que más tiempo necesita y es pelar y partir todas las zanahorias que no vas a consumir y congelarlas en una bolsa. Así, cuando estés preparando un sofrito o un guiso, solo tendrás que coger un puñado de tu bolsa y añadirlo. Eso sí, tu ratito de pelar y cortar no te lo quita nadie.

Zanahoria
Una caja llena de zanahorias / Foto: Pixabay

Además, este truco sirve para esa zanahoria que necesitas para cocinar, si es para ensaladas no, debido a que pierden su textura y firmeza al pasar por el congelador. De igual manera, el que la zanahoria se quede un poco blanda no afecta a su perfil nutricional de forma importante. Por lo que podemos seguir utilizándola sin problema. Eso sí, es más complicado pelarla y no aporta ese toque crujiente que queremos en una ensalada, por ejemplo. Aquí sí que, el truco de @rvbengarcia es lo único que puede ayudarnos.