Este año Torelló Viticultors conmemora el 75.º aniversario de la elaboración de su primer espumoso y lo ha querido celebrar con una presentación ante la prensa en el conocido restaurante de Ciutat Vella, el Passadís del Pep.
Así, Ernestina Torelló y sus hijos Paco y Toni de la Rosa Torelló han recordado que el hecho de que en 1950 Francesc Torelló produjera el primer espumoso con la uva de la finca familiar de Can Martí, situada en Gelida, en el Alt Penedès, marcó el inicio de una trayectoria que ha consolidado la bodega como una referencia al mundo de los espumosos de calidad. Cabe decir que la familia Torelló es una familia que ha sido viticultora desde siempre, en palabras de Ernestina Torelló, vigesimoprimera generación de la familia, y de las más antiguas y emblemáticas del Penedès, con una tradición vitivinícola que se remonta al siglo XIV, concretamente al año 1395, cuando empiezan a cultivar y elaborar vinos en la finca de Can Martí.
Fue, sin embargo, el padre de Ernestina, como he dicho, quien decidió que había que industrializar la finca a partir de 1951, por eso celebramos el 75 aniversario de la primera vendimia de uva con la que produjeron el vino para hacer la primera botella de espumoso Torelló, pero también, como explica Toni, celebramos el seiscientos treinta aniversario de la dedicación de la familia a la viticultura.
Torelló celebra este año el 75 aniversario de la primera vendimia de uva con la que produjeron el vino para hacer la primera botella de espumoso Torelló, pero también el seiscientos treinta aniversario de la dedicación de la familia a la viticultura
Hacemos el primer brindis con un Corpinnat, la familia nos presenta una nueva botella conmemorativa, el torelló 75 Aniversari Brut 2018. Es una botella que no saldrá al mercado, nos explica Paco, de edición limitada, con una mezcla típica del Penedès de hace setenta y cinco años con variedades moscatel, macabeo y parellada en proporción 57, 27 y 20 respectivamente.
La mesa tiene buena pinta y empezamos con unos tomates con ventresca de atún y lomo de sardina en escabeche, que remojamos con un Gran Torelló Brut Nature 2016.
La maravilla del Passadís del Pep radica en el hecho de que el local se mantiene como siempre, pero su oferta también. Seguidamente, aparece la cazuela con almejas y navajas gallegas, mejillones de roca y jamón salteado, junto con un plato de gamba cristal de Huelva.
Continuamos con unos rebozuelos con salsa de foie micuit mientras nos llenan la copa de vino blanco, en este caso el 50 lliures Xarel·lo del 2022, también de Torelló.
Seguidamente, nos traen un plato de arroz salteado con chipirones y alioli para acabar con una gamba de Roses, un langostino de la Ràpita y una cigala de Barcelona. De postre, una versión de la crema catalana, que va acompañada de fresas, unos carquiñoles y por descontado, las trufas de chocolate.
Me marcho contento de El Passadís del Pep, despidiéndome de la familia Torelló y amigos, pensando en la famosa frase de Coco Chanel, adaptada para la ocasión, claro está: "Solamente bebo Corpinnat en dos ocasiones, cuando estoy enamorada y cuando no lo estoy" pues eso mismo.