El papa León XIV ha aceptado finalmente la renuncia del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, que había presentado el cargo hace más de un año al cumplir los 75 años, la edad de jubilación establecida por el derecho canónico para los obispos. La decisión, comunicada este sábado a través del boletín oficial del Vaticano, se produce sin ninguna mención explícita a los motivos del relevo. Su salida se ha precipitado en medio de las acusaciones de abusos sexuales a un menor que lo vinculan a su etapa como formador en un seminario. De momento, no se ha nombrado un sustituto y la Conferencia Episcopal Española ha informado de que el obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia, asumirá provisionalmente el gobierno de la diócesis como administrador apostólico. Este tipo de transición temporal es habitual mientras se decide quién ocupará el cargo de manera definitiva, pero la combinación entre la renuncia aplazada y las informaciones de abusos han generado expectación en el seno de la comunidad eclesial.

La renuncia de Zornoza como obispo de Cádiz se produce pocos meses después de la renovación del liderazgo en el dicasterio para los obispos, el organismo del Vaticano encargado de gestionar los nombramientos y dimisiones episcopales. El nuevo prefecto, el italiano Filippo Iannone, nombrado por León XIV a finales de septiembre y en funciones desde el 15 de octubre, ha sido quien ha elevado la propuesta de aceptación de la renuncia. En este contexto, el caso Zornoza se ha convertido en uno de los primeros asuntos sensibles que ha tenido que abordar el nuevo Pontífice. La denuncia revelada por el diario El País en verano, en la que un hombre acusa a Zornoza de haberle abusado sexualmente cuando era menor de edad, entre 1994 y los primeros años 2000, mientras el ahora obispo ejercía como capellán y dirigía el seminario de la diócesis de Getafe, en Madrid. Esta denuncia activó una investigación interna por parte del dicasterio para la Doctrina de la Fe —el organismo que juzga los delitos más graves dentro de la Iglesia—, que según El País lleva ya cuatro meses en marcha. Aunque el Vaticano no ha confirmado oficialmente esta investigación, el momento en que se ha hecho efectiva la aceptación de la renuncia alimenta las sospechas de que el caso no ha sido una simple cuestión administrativa vinculada a la edad de jubilación.

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, confirmó esta semana que el papa León XIV estaba informado del caso Zornoza antes del inicio de la Asamblea Plenaria del episcopado, celebrada recientemente en Madrid. Según explicó, el Pontífice trató el tema de manera directa en una reunión previa y, como en otros casos similares, dejó claro que la aceptación de la renuncia era una decisión que correspondía únicamente al Papa, en tanto que potestad suprema de la Iglesia católica. Por su parte, Zornoza ha negado rotundamente las acusaciones y ha reiterado su inocencia. Anunció la suspensión temporal de su agenda pública con la voluntad de poder centrarse en la defensa personal y “aclarar los hechos” sin interferencias. Además, añadió que está recibiendo tratamiento por un cáncer agresivo, una enfermedad que no había trascendido hasta ahora.