Enfermeras han denunciado un "infierno" en las urgencias del Hospital de Palamós, en el Baix Empordà, por la saturación que hay durante los meses de verano. En un comunicado de este martes, el sindicato de enfermería Satse ha asegurado que hay pacientes con patologías leves que "acumulan esperas de 8 a 10 horas", mientras que las personas con patologías más graves desbordan los espacios disponibles. Es por cuestiones como estas que han considerado que la situación es "extrema", a la vez que han explicado que la falta de personal y de espacio son las principales carencias de un servicio que incrementa de forma importante la presión durante la temporada turística.
Las enfermeras del sindicato han señalado que a lo largo del año ya hay una situación tensionada, pero que el cierre de camas y el incremento de población en verano hacen que el servicio llegue al límite. Por este motivo, califican las urgencias de un "auténtico infierno" tanto para pacientes como para profesionales, y ponen un ejemplo: "La noche pasada había 26 pacientes en la sala de espera y no tenemos bastantes boxes de urgencias". "Es un estrés diario, cada día sabemos que no daremos abasto", lamenta la responsable sindical de Satse en el Hospital de Palamós.
Ya hace años que el sindicato de enfermería pide un incremento de la plantilla del servicio de urgencias de forma estructural, ya que consideran que lo que se ha hecho hasta ahora es totalmente insuficiente. En más, critican que el hospital es demasiado pequeño para dar respuesta a la demanda que hay. Al fin y al cabo, el principal motivo de la saturación que denuncian es el incremento de población en plena temporada turística —que en Palamós y en el área de influencia del centro llega a triplicarse en los meses de verano—. A esto hay que sumarle que la mayoría de personas que van a segundas residencias son personas mayores con pluripatologías, hecho que se traduce en más tiempo y dedicación en cada atención, según las enfermeras.
Para más inri, desde Satse han lamentado que el desbordamiento ha llegado al límite este agosto con la decisión de la dirección de cerrar once camas. Tal cosa incrementa la saturación y el tiempo de espera de los pacientes, que lo perciben como una desatención. "Hay personas que explotan y llegan a gritar, amenazar o insultar a los profesionales", relata la responsable sindical, que añade que el comité de empresa advirtió al principio de julio que el incremento de personal era insuficiente para la demanda asistencial prevista, motivo por el cual ahora insisten a la dirección en que ofrezca más personal y recursos.
La versión del Hospital de Palamós
Por su parte, la dirección del hospital rechazado las críticas y ha asegurado que hay menos actividad que otros veranos, y que sí que se ha reforzado el servicio con más personal. Concretamente, han afirmado que este verano está más personal en urgencias con un médico más el turno de noche, un enfermero más durante las 24 horas y un auxiliar sanitario, además de los refuerzos profesionales que hay habitualmente para la temporada de verano. Con respecto al espacio, desde Serveis de Salut Integrats del Baix Empordà (SSIBE) —que se encarga de la gestión del centro— han recordado que se ha pasado de 31 a 38 puntos de atención en el servicio, aunque han admitido que en verano hay mucha demanda y que el espacio es limitado. El sindicato ha reconocido las mejoras hechas, pero las ven claramente insuficientes.
La dirección del hospital también se ha referido al cierre de once camas y ha negado que tal cosa suponga un problema en la atención, asegurando que en ningún momento han faltado camas para hacer ingresos que se habían atendido en urgencias. Desde SSIBE han insistido en la idea de que la actividad en urgencias ha disminuido en comparación con otros años, y por eso desmienten que la situación sea tan preocupante como denuncia Satse. Según datos del centro, en julio de este año se han atendido menos pacientes que el 2024, mientras que la complejidad de los pacientes no se ha incrementado en comparación con otros años. Con respecto a la primera quincena de agosto, la actividad ha sido similar a la de otros cursos. Y han hablado sobre la noche de este lunes a las once: había 44 pacientes y el tiempo de espera era de una hora y siete minutos, de manera que no les consta ningún caso que nadie haya esperado diez horas para ser atendida —tal como ha relatado el sindicato—.