El descenso a los infiernos del gurú Iván Redondo puede servir como aviso a navegantes: a veces, después de tanto hinchar el mito, la burbuja puede acabar pinchando sola. Y al descubierto queda un Rey en que va desnudo. Un aviso a navegantes a Pedro Sánchez, que ciertamente acaba el año con muy buenas noticias. Sólo esta semana ha conseguido aprobar sus segundos presupuestos en dos años de gobierno de coalición, dar luz verde a la reforma laboral con el aval de sindicatos y empresarios y ser el primer país en recibir 10.000 millones de euros de los fondos europeos de recuperación. El 2021 también ha sido el año de los indultos a los presos políticos, que han calmado las aguas en Catalunya, o el año de la vacunación masiva de los españoles. Y el presidente español insiste en que quiere agotar la legislatura, los cuatro años enteros. Sin embargo, como demuestra la variante ómicron, no todo está bajo control. Y hay dos opciones: enfrentar los problemas o desafíos, que no son pocos, o esconderlos bajo una alfombra. Hasta que ya no se puedan tapar.

Un diálogo sin frutos

El primer aviso lo recibió Pedro Sánchez la noche de Sant Esteve, a través del mensaje del president Pere Aragonès: si la interlocución no da frutos tangibles en la resolución del conflicto político, habrá que buscar atajos alternativos. La realidad es que en todo el año 2020, la mesa de diálogo, negociación y acuerdo entre el Estado y la Generalitat se ha reunido una sola vez, el pasado septiembre en Barcelona. Y lo hizo coja: sin Junts per Catalunya, la mitad del Govern. Con todo, no hay noticias de la próxima reunión ("ya os diré", "en unas semanas", dijo Sánchez en la última rueda de prensa del año). Y la delegación española no se mueve de su posición, la autobautizada como "agenda por el reencuentro", de mejora del autogobierno y traspasos de competencias. Hoy por hoy, la única carpeta resuelta es la de los presos políticos (si el Tribunal Supremo no acepta los recursos y los revierte). Los exiliados no han recibido ninguna solución, mientras la reforma de los delitos de sedición y rebelión sigue congelada, "sin avances", como tampoco se ha encontrado todavía para raperos como Valtonyc o Pablo Hasel (otra promesa congelada). En este contexto, la ofensiva judicial, contra los exiliados (Puigdemont en Córcega) pero también contra la educación catalana, no ayuda. Sobre todo si desde La Moncloa no hay quien lo intente frenar.

El sapo de Juan Carlos I

Juan Carlos I, quien fue jefe del Estado español durante casi cuarenta años, sigue fugado los Emiratos Árabes, viviendo a cuerpo de Rey. Pero los escándalos han seguido estallando uno tras otro, aunque la Fiscalía suiza haya archivado su investigación (por imposibilidad de conseguir las pruebas) y la Fiscalía del Tribunal Supremo se prepara para hacer lo mismo (por falta de pruebas y por inviolabilidad constitucional). Sólo este año el rey emérito ha hecho dos regularizaciones fiscales (declarado dinero defraudado) y todavía tiene pendiente una causa en la jurisdicción inglesa, que dependerá de si se le considera o no miembro de la Casa Real. De ahí todos los rumores que corren sobre su retorno inminente. Mientras tanto, su hijo Felipe VI en absoluto silencio. El presidente Pedro Sánchez, que negoció con Zarzuela la fuga, sí que ha hablado, para decir que está "perturbado" por las informaciones y para decir que "tendría que dar explicaciones a la ciudadanía" (en dos ocasiones, la última este diciembre). A pesar de vetar en el Congreso más de una docena de comisiones de investigación. Sin embargo, más allá de las palabras de rechazo al anterior Rey y de apoyo al actual monarca, no ha habido hechos. Este miércoles, en el balance de final de año, le preguntaban por la Ley de la Corona a la que se habían comprometido para dotar la institución de transparencia. El secretario general del PSOE echó balones fuera: "Ya me conocen. Cuando tengan noticias, será porque así se produce". Y siguiente pregunta.

La pandemia no se detiene

De la Corona al coronavirus. La campaña de vacunación ha funcionado razonablemente en España, en comparación con otros países europeos. Sin embargo, como ha demostrado el avance de la variante ómicron, la pandemia todavía está lejos de su final. Sólo esta última semana del año se han registrado cifras récord, superiores a los 160.000 contagios diarios en el conjunto del Estado. Una gestión de la sexta ola que el Gobierno tiene que hacer con una mano atada, después de que un Tribunal Constitucional fracturado haya comprado los argumentos de la extrema derecha de Vox para tumbar los dos estados de alarma que permitieron hacer frente a las anteriores olas. En este contexto, el Gobierno lo ha fiado todo a la vacunación, a la tercera dosis de refuerzo, y quieren intensificar la campaña. Mientras, otros países que han avanzado mucho más en esta tarea, como Israel o Chile, ya se están planteando la cuarta dosis.

Vuelven las noches electorales y las calculadoras

El 13 de febrero hay una primera cita en las urnas, con las elecciones anticipadas en Castilla y León, unos comicios que marcarán el inicio del nuevo ciclo electoral. Las seguirán las elecciones andaluzas (a finales de año, si no se adelantan), que acabarán de asfaltar el camino para las municipales y autonómicas del 2023. Habrá movimientos en la derecha, con la marginalización de Ciudadanos, que ha sido expulsado de tres gobiernos autonómicos en un año y sólo le queda Andalucía. Y con la extrema derecha de Vox que todavía tiene campo por recorrer y que sigue llevando la batuta del campo conservador. Pero también puede haber movimientos en la izquierda, donde el PSOE sufre desgaste en buena parte de las encuestas (menos el CIS). Y con una vicepresidenta segunda Yolanda Díaz que está forjando su propia plataforma transversal y que supera en nota ciudadana al presidente Pedro Sánchez (incluso en el CIS). Son sintomáticos los olvidos de los portavoces socialistas esta semana, agradeciendo sólo la reforma laboral a la tarea de la vicepresidenta primera Nadia Calviño.

Precios desbocados

La factura de la luz del mes de diciembre, que dejamos atrás, ha sido la más alta de la historia: una media de 119 euros, un 24% más que el mes anterior, según los cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Eso a pesar de la promesa reiterada de Pedro Sánchez de pagar a finales del año 2021 un importe similar a lo que pagaban los españoles en 2018. De poco parece haber servido la exención generalizada de impuestos. Lo mismo ha pasado con la inflación: España ha cerrado el año con la mayor subida de precios de las últimas tres décadas. En aumento desde hace nueve meses, la tasa de variación anual del IPC se ha situado en el 6,7%, una cifra que no se registraba desde marzo de 1992. En parte se explica por la subida de la electricidad, pero también de los alimentos. El Gobierno insiste en que es "temporal", que es un "fenómeno global" y que por ejemplo la inflación en Estados Unidos es todavía más alta. Sea como sea, es un marrón a las puertas de un nuevo ciclo electoral. Cada vez cuesta más llegar a final de mes, los ciudadanos lo notan en su bolsillo y lo pueden hacer pagar en las urnas si la situación no cambia.

Calibrar las alianzas

La reforma laboral está demostrando que las cosas no serán fáciles en el Congreso de los Diputados, donde el PSOE y Unidas Podemos sólo suman 155 escaños. Socios como ERC, el PNV o EH Bildu avisan de que están en el no a la nueva legislación laboral y que quieren enmendarla, mientras Sánchez y Díaz insisten en que no se tendría que tocar el acuerdo con los agentes sociales. El mismo problema tendrán con leyes que los socios consideran insuficientes, como la de memoria democrática, la de vivienda o la derogación de la ley mordaza. La Moncloa tendrá que trabajar en sus alianzas si quiere avanzar en derechos y libertades. Una mayoría de la investidura y de los presupuestos que, llegado el momento, podría permitirle un atajo també para desbloquear la renovación del CGPJ por otras vías, que acaba de cumplir tres años con el mandato caducado. Por ahora, el PP, a remolque de la estrategia de la crispación de Vox, no parece estar en estas coordenadas.