Hacía años que me preguntaba por qué carajo la única lengua románica (que yo sepa) que tiene el sonido [θ] es el castellano (y solo el castellano que se habla en unas determinadas zonas de España, por no decir en Castilla). Hay gente que se pregunta por qué el chocolate es tan bueno; yo me pregunto este tipo cosas. Qué le vamos a hacer, tiene que haber gente para todo en esta vida. A raíz de esta gran duda existencial que me corroía y de una intuición que germinaba dentro de mi corazón, inicié una investigación. Primero de todo, me gustaría hacer una aclaración (para los que no sois filólogos o para los que lo desconocéis y tenéis ganas de aprender cosas nuevas): el sonido [θ] es el de la ce española (cebolla, zapato); esa tan complicada de decir, esa que sería mucho más sencilla de decir como una simple ese sorda ([s]ebolla [s]apato), como lo hacen en toda América del Sur. Lo primero que descubrí me llegó vía de boca en boca: se ve que todo era culpa de un rey de Castilla que ceceaba, y que, para no ofenderlo, sus súbditos empezaron a hablar como él. Me pareció un razonamiento muy coherente tratándose de Castilla, pero poco fiable por la vía de transmisión (ya sabéis como empieza y como acaba el de boca en boca), así que mi intuición me empujó a continuar investigando.

Y fue un bonito día de primavera, mientras observaba como una paloma soltaba una cagarruta dentro del café de un señor que desayunaba en la mesa de al lado, que las puertas del conocimiento se me abrieron de par en par y lo entendí todo. De repente, recordé (aunque nunca he tenido un profesor que me haya hecho gustar la historia) dos cosas: por un lado, que los árabes habían vivido muchos años en la península Ibérica y, por el otro (gracias a mi pasión por las lenguas semíticas), que el árabe tiene el sonido [θ] (o, al menos, un sonido muy parecido).

Cuando apareció el sonido [θ] en la lengua castellana (en el siglo XVI), en un proceso de simplificación fonética del castellano medieval, el contexto lingüístico de la península Ibérica era el siguiente (simplificándolo mucho): había lenguas románicas (como el castellano, que se hablaba principalmente en Castilla, pero que se extendía a otras regiones; el catalán, que se hablaba en la Corona de Aragón; el gallego o portugués, que se hablaba en el oeste de la Península; el aragonés; el asturleonés...), que según algunos lingüistas derivan del latín clásico y según teorías más actuales son diferentes dialectos de una misma lengua que se hablaba en la península Itálica y que fueron evolucionando de maneras diferentes según el sustrato, el superestrato y el adstrato de cada territorio; lenguas semíticas (como el árabe andalusí, que había sido dominante en al-Àndalus hasta el siglo XIII y todavía se hablaba en algunas comunidades moriscas, y el judeoespañol, hablado por los sefardíes), y otras lenguas como el vasco... De todas estas lenguas la única que tenía el sonido [θ] era el árabe. Sospechoso, ¿verdad?

El sonido [θ] no apareció en un lugar donde solo se hablaba el castellano, surgió en una península donde el árabe era una lengua viva, hablada por miles de personas que convivían con diversos romances

Sabemos que el árabe dejó una gran huella semántica en el castellano, al menos unas 4.000 palabras (como almohada, azúcar o alcalde). Si el árabe influyó tanto en su vocabulario, ¿por qué no podría haber modificado también su fonética? Muchos lingüistas argumentan que el sonido [θ] apareció de una manera natural en el castellano a través de un proceso de desafricación y que no es ningún préstamo fonético del árabe: [t͡s] y [d͡z] eran sonidos comunes en el castellano antiguo y se habrían simplificado a [θ] (cebolla, zapato). A mí, la ce castellana me parece de todo menos simplificada (llamadme tiquismiquis). No olvidemos el contexto, el sonido [θ] no apareció en un lugar donde solo se hablaba el castellano, surgió en una península donde el árabe era una lengua viva, hablada por miles de personas que convivían con diversos romances (lenguas románicas). Es difícil creer que un sonido tan excepcional como [θ], presente en el árabe andalusí, no tuviera ningún impacto en los hablantes bilingües que mezclaban lenguas cada día. Así pues, ¿de dónde creéis que proviene este sonido tan inaudito en las lenguas románicas? Antes de pronunciar un veredicto, tened también en cuenta que muchas veces los lingüistas (sea por el motivo que sea) se muestran más partidarios de las ideas del régimen del momento que de las puramente lingüísticas.