Tal día como hoy del año 1917, hace 108 años, en Castellterçol (Moianès), moría el abogado y político Enric Prat de la Riba, por aquel entonces president de la Mancomunitat de Catalunya, el organismo creado para conducir a Catalunya a la restauración del autogobierno, liquidado a sangre y fuego por el régimen borbónico en 1714. Prat de la Riba, que había participado en la redacción y aprobación de las Bases de Manresa (1892) —el primer intento serio de restauración del autogobierno catalán— y en la fundación de la Lliga Regionalista (1901) —el primer partido catalanista que ejercería funciones de gobierno—, ganaría las elecciones que lo convertirían en presidente de la Diputación de Barcelona (1907), y desde este cargo reuniría las cuatro diputaciones catalanas para crear la Mancomunitat.

Aunque las competencias de la Mancomunitat no iban más allá de las diputaciones provinciales, adquirió una gran importancia política: representaba el primer reconocimiento por parte del Estado español de la personalidad de Catalunya desde 1714. Con escasos recursos dinerarios, pero con una extraordinaria gestión económica, llevó a cabo una gran tarea de modernización del país. Creó una moderna red de enseñanzas elemental, profesional y técnica; impulsó la innovación y la universalización de la sanidad; creó infraestructuras de carreteras, ferrocarriles, puertos y teléfonos; introdujo técnicas de mejora en la producción industrial y agraria, y modificó la orientación del foco catalán hacia Europa.

En el año 1902, el aparato policial y judicial español encarceló a Prat de la Riba por la publicación del artículo "Separatismo en el Rosellón". Durante su reclusión, contrajo una tiroiditis hipertiroidea que acabaría siendo la causa de su muerte. No obstante, la etapa más destacada de su carrera política y de servicio al país (1914-1917) la viviría luchando todos los días contra esta afectación con una extraordinaria dignidad. El profesor Josep Vicenç Mestre (UPF), uno de los investigadores que más y mejor ha estudiado la figura y la obra del primer president de la Mancomunitat, sugiere que "si Prat de la Riba hubiera vivido actualmente, sería independentista".