El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha apoyado la ley del estado de Tennessee que prohíbe el acceso de los menores trans a bloqueantes de pubertad y terapias hormonales. La decisión del Alto Tribunal es una decisión importante, no solamente en el estado de Tennessee, ya que en más de 20 estados (casi la mitad del país) se han aprobado medidas similares. La sentencia ha contado con el voto en contra de las tres magistradas liberales del panel —Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson—, que ya dejaron clara su posición durante la audiencia celebrada el mes de diciembre pasado.

"La disposición del Tribunal a actuar de esta manera causa un daño irreparable a la Cláusula de Igual Protección y abre la puerta a que los legisladores incurran en discriminación ocultando clasificaciones sexuales evidentes a plena vista. Además, autoriza, sin ninguna objeción, un daño incalculable a los niños transgénero y a los padres y familias que los quieren", ha alegado Sotomayor en su opinión disidente "con tristeza". Entre otras cosas, ha señalado que "hasta un tercio de los menores trans intentan suicidarse a lo largo de un año escolar".

Las tres magistradas progresistas se han puesto de acuerdo con uno de los argumentos de los denunciantes, los que defendieron que esta ley estatal va en contra de la decimocuarta enmienda de la Constitución de EE.UU. que recoge la igualdad de protección, entre otros derechos. En la opinión del presidente, el conservador John Roberts, se ha destacado el desconocimiento que, según él, existe sobre los efectos de estos tratamientos.

Dudas durante la audiencia

Durante la audiencia, los magistrados conservadores han dudado de su capacidad para decidir sobre la materia. De hecho, uno de ellos, el juez Samuel Alito, ha preguntado si ser transexual era una cosa permanente. Los tratamientos vetados permiten a los menores que inicien la pubertad de acuerdo con su identidad de género y no con el asignado al nacer.

Cuando Tennessee aprobó la ley en marzo del año pasado, alegó que buscaba proteger a los menores del estado, así como la integridad y la ética de la profesión médica. No obstante, en la misma iniciativa permitía a los médicos suministrar estos tratamientos a "menores con defectos congénitos, pubertad precoz u otras afecciones," lo que pone de manifiesto el trasfondo tránsfobo de la norma.

Esta decisión se suma a la lista de ataques que la Administración del presidente, Donald Trump, está llevando a cabo contra el colectivo desde que volvió al poder, como echar a los militares trans del Ejército. Algunos expertos han señalado durante la audiencia que una decisión en esta dirección podría animar a otros Estados a implementar legislación antitrans o endurecerla en los que ya la tienen.