En la parte más alta de Cabrera de Mar hay un restaurante de cocina tradicional que se ubica en un espacio único. Se trata de una masía catalana del siglo XV que es todo lo que podrías esperar de un restaurante de toda la vida: una casa de piedra decorada con herramientas de campo antiguas, manteles de papel en las mesas de la terraza y un menú del día lleno de platos tradicionales hechos con productos de su propio huerto.
Cals Frares: un espacio único en la parte más alta de Cabrera de Mar
Enfilando el camino de Santa Elena, llegamos a un pequeño parking justo ante un arco de piedra que da la bienvenida a la masía. A mano derecha nos queda la masía, un edificio de piedra imponente, y un pequeño porche con algunas herramientas del campo. Delante de la casa, hay una decena de mesas que ocupan una terraza tranquila con gallinas que pasean por el espacio. Si entramos dentro, lo primero que encontramos son unas cuantas mesas en el recibidor, la barra en el medio y el acceso a la cocina a mano izquierda. Si seguimos más adentro, detrás de la barra encontraremos el acceso al comedor principal, un espacio amplio con las paredes de piedra, techos altos, muebles de madera y un montón de recuerdos en formato de herramientas antiguas y fotografías de antaño.
La oferta de Cals Frares es clara y sencilla; cada día ofrecen un menú en función de los productos de los que disponen. La carta del día trae la fecha impresa en la parte superior y permite escoger un primero, un segundo (con opción de brasa), unos postres, pan y bebida por 19 €, que solo se pueden pagar en efectivo. El menú de Cals Frares es variado, de temporada y abundante. Las raciones son copiosas y sabrosas; se nota la calidad del producto casero, pero sin las pretensiones de los restaurantes gourmet que hacen bandera. Además, el servicio es rápido, eficiente y muy amable.
El menú de Cals Frares es variado, de temporada y abundante; de segundo, la brasa es la estrella de la casa. Las manitas de cerdo son una opción excelente
De primero, el plato de canelones o el trinxat con butifarra del perol y huevo frito son opciones deliciosas. Con tres canelones grandes en el plato, una buena dosis de bechamel y un huevo frito bien jugoso sobre el trinxat con butifarra, queda claro que en Cals Frares saben como hacer salivar a los clientes. De segundo, la brasa es la estrella de la casa. Las manitas de cerdo son una opción excelente. Es habitual servirlas guisadas o con alguna salsa, pero son pocos los lugares que las cocinen a la brasa sin ningún otro ingrediente. Para hacerlos al fuego, las manitas tienen que ser de calidad; y las de aquí son tan melosas que se deshacen en la boca.
Con respecto a los postres, hay bastantes, algunos caseros y otros que no. Uno de los mejores es la manzana al horno con crema catalana, una receta tradicional como ninguna otra que ya no se encuentra en las cartas de los restaurantes.