Tener una buena experiencia en un restaurante depende de muchos factores. Lo más importante suele ser la comida, pero no es lo único que conviene tener en cuenta. El espacio, la compañía, el servicio o incluso la decoración del local son aspectos importantes. Pero si hay una cosa que mejora exponencialmente la experiencia del comensal es ofrecer una comida personalizada y de calidad con un trato cercano y amable. Eso es exactamente lo que hace un restaurante del Eixample, ubicado dentro del hotel Ohla, con producto local y una cocina japonesa auténtica.
Un espacio tranquilo
El restaurante Kintsugi se ubica en la calle Còrsega, 289, en el Eixample de Barcelona. Junto con Xerta, es uno de los dos restaurantes del hotel Ohla. Kintsugi es un restaurante de cocina japonesa auténtica que trabaja con producto local del Delta de l'Ebre. Para llegar, lo primero que tenemos que hacer es entrar en la recepción del hotel y, al fondo a la izquierda, acceder al restaurante. El espacio es recogido, con algunas mesas a mano derecha y una barra al fondo a la izquierda. El espacio es elegante, con muebles de madera, luces de centro encima de las mesas y un ambiente cálido y tranquilo. La barra es el rincón más especial del restaurante y el sitio donde se sirve el menú Omakase, una de las cuatro opciones que ofrece el restaurante, junto con el menú Sushi, el Unagi y el Ejecutivo.

En vez de comerse con los bastoncillos, el sushi de Kintsugi se come con las manos, como marca la tradición japonesa
El menú más especial
El menú Omakase consiste en ocho entrantes, 11 piezas de sushi y unos postres. La gracia del Omakase es que el chef, Hugo Ribeiro, es a quien escoge y prepara todos los platos. El Omakase solo se puede comer en la barra, sitio desde donde Ribeiro trabaja, explica y sirve directamente los platos al comensal. El primer plato es uno de los más sorprendentes del menú: un trozo de flor de Sichuan que te abre las papilas gustativas para amplificar el sabor de la copa de cava con que se marida la comida y del sashimi de pez limón, que es el ingrediente principal. Ribeiro detalla cómo comerse cada plato y qué es lo que notaremos en cada bocado; una explicación fiel a lo que acabas sintiendo que denota la profesionalidad de un chef que tiene muy claro lo que está haciendo.

Con respecto al sushi, una de las características que demuestran el nivel del restaurante es que, aparte de prepararlo delante de ti, la proporción de pescado es muy superior a la de arroz en todas las piezas. Habitualmente, las piezas de sushi de muchos restaurantes se hacen con mucho arroz y poco pescado porque la calidad del producto suele ser pobre. Además, se suelen bañar las piezas en salsa de soja para enmascarar algunos sabores. En Kintsugi, sin embargo, el pescado sobresale por todas partes y no se sirve salsa de soja; el arroz ya viene sazonado con la cantidad de soja que el chef ha considerado.

Por otra parte, en vez de comerse con los bastoncillos, el sushi de Kintsugi se come con las manos, como marca la tradición japonesa. Entre las piezas más destacadas que prepara Ribeiro hay el nigiri de salmón fresco marinado o el de ventresca de atún, una preparación de edición limitada que elabora solo los días que dispone de este exclusivo producto. La joya de la corona, sin embargo, es el nigiri de anguila, una pieza que se sirve caliente y que tiene un sabor untuoso y exquisito. Un menú copioso y largo que tiene un precio de 125 € y con el cual es difícil quedarse con hambre.